29 de septiembre: “Jornada de Acción Europea”

La agitación política de la CRCI para que la crisis la paguen los capitalistas

Mientras repiten en sus discursos que las economías están “superando” la crisis, todos los gobiernos europeos, de uno u otro color político, descargan brutales planes de “ajuste” sobre los derechos de los trabajadores. Los planes de “rescate” son, en todos los casos, para salvar a los banqueros y a los capitalistas, y para descargar la crisis sobre los hombros de la clase obrera: pretenden aprovechar la bancarrota de su propio régimen social para profundizar los ataques sobre los trabajadores, desmantelando conquistas y derechos históricos en el plano de las relaciones laborales, las jubilaciones y los convenios colectivos. El de la Fiat es un caso testigo: integrada a la Chrysler yanqui, pretende desmantelar su estructura industrial en Italia para relocalizar la producción en otros países y asestar un golpe al corazón de la clase obrera italiana -es por eso que el conjunto de la burguesía y también de la clase trabajadora mira con especial atención el desenlace de ese episodio clave de la lucha de clases europea, en el marco de la crisis internacional.

Para descargar este ataque abierto contra las masas, los gobiernos capitalistas europeos cuentan con la inestimable colaboración de una burocracia sindical que viene aceptando desde hace décadas una profundización de la flexibilización laboral y de los ataques contra los trabajadores -en muchos casos, se trata de sindicatos de filiación “socialista” o incluso “comunista”, que respaldan abiertamente a los gobiernos de ese signo político, como ocurre en España o en Grecia. Esta política de las direcciones sindicales incluye, en el caso italiano, a la propia Fiom, columna vertebral de la CGIL, que, a pesar de declararse en contra de los ataques impulsados por la Fiat contra los trabajadores, no prepara ni se pone a la cabeza de una lucha de conjunto contra esos planes flexibilizadores y antiobreros. Las burocracias sindicales se han limitado a la convocatoria de medidas de lucha aisladas, de desgaste, que echan lastre y se limitan a reclamar algún tipo de “negociación” sobre los alcances de los planes de ajuste.

En este cuadro, se ha convocado a una “Jornada de Acción Europea” para el próximo miércoles 29 de septiembre. La Confederación Europea de Sindicatos, convocante de la jornada, estableció como eje la movilización a una cumbre de ministros de Economía, que se realizará en Bruselas, y estableció como consigna “No a los recortes, más crecimiento”. El secretariado internacional de la Coordinadora por la Refundación de la Cuarta Internacional resolvió en su última reunión, realizada este mes en Roma, intervenir de manera activa en todas las movilizaciones que se realizarán ese día con la publicación y difusión de un manifiesto que llame a convertir la del 29 en una jornada de huelgas y ocupaciones de empresas.

La CRCI plantea un programa para los trabajadores y para que la crisis la paguen los capitalistas: en primer lugar reclamando, en un cuadro de potenciales defaults soberanos, el no pago de la deuda externa, la expropiación sin pago de la banca bajo control de los trabajadores. Frente a los planes de “reestructuración”, flexibilización y despidos, reivindicamos la expropiación sin indemnización de toda fábrica que cierre, “relocalice” o despida. Basta de contratos precarios o a tiempo parcial. Para terminar con la desocupación que se extiende, particularmente entre los sectores más explotados de inmigrantes, planteamos: basta de despidos; reducción de la jornada laboral sin afectar el salario. Frente a la destrucción del sistema previsional, reclamamos la jubilación equivalente al 82% del último salario, indexada a la inflación real, con derecho a la jubilación a los 60 años o después de 30/35 años de trabajo. Por un plan de obras públicas financiadas con un impuesto extraordinario a los grandes capitales. Por la defensa de los convenios colectivos; defendemos la elección de delegados paritarios en asamblea de base. Frente a las “jornadas” aisladas y de desgaste que promueven las burocracias sindicales, planteamos la huelga general y las ocupaciones de fábricas para torcerle el brazo a los planes de ajuste de los gobiernos capitalistas. Por un gobierno de los trabajadores. Por los Estados Unidos Socialistas de Europa.