¿A las vísperas de un ‘nuevo México’?

En las últimas semanas, la prensa internacional ha venido insistiendo sobre la posibilidad de que los mercados financieros internacionales se encuentren a las puertas de un ‘nuevo México’. Los ‘candidatos’ no parecen escasear.


En Tailandia, sólo la intervención coordinada de todos los bancos centrales del Asia logró impedir, al menos por ahora, la devaluación del bath (la moneda nacional), que es víctima de un salvaje ataque especulativo por parte de grandes bancos y fondos de pensión internacionales. El costo de este ‘salvataje’ ha sido la pérdida de varias decenas de miles de millones de dólares de las reservas de los bancos centrales asiáticos y una elevación de las tasas de interés (de hasta el 1.000% en operaciones de cortísimo plazo), que pueden empujar a Tailandia a la recesión. “Los analistas temen un colapso económico de Tailandia” (O Estado de Sao Paulo, 22/5).


“Los problemas económicos de Tailandia, sin embargo, no son muy diferentes de los de otros países del Sudeste asiático, como Malasia, Filipinas e Indonesia” (O Estado de Sao Paulo, 17/5). Todos conocen una crisis de sobreinversión.


En China, Corea del Sur y Taiwán, la utilización de la capacidad productiva instalada es muy baja (alrededor del 60%). Los chips, los automóviles, los textiles, el acero y la petroquímica —es decir, las ramas en que se ha basado todo el ‘milagro’ asiático— son las que más sufren las consecuencias de la ‘sobreinversión’ (Financial Times, 17/6).


Todo esto está provocando una caída regional de los precios y de los beneficios. En promedio, los precios cayeron un 4% este año, pero en algunas ramas —como la de los chips— cayeron hasta un 80%. A pesar de la deflación, el ritmo de crecimiento de las exportaciones no deja de caer.


El exceso de capitales que inunda el sudeste de Asia amenaza con provocar un “masivo shock deflacionario” de precios y beneficios (ídem). Dado el papel que han asumido los ‘tigres asiáticos’ en el comercio mundial de ciertas ramas —textiles, chips, automotrices, acero—, este shock deflacionario se hará sentir en todo el mundo.


“Todo se está derrumbando en Asia”, se queja un especulador de Singapur (International Herald Tribune, 16/5). La intervención coordinada de los bancos centrales de la región resalta el terror común a un estallido financiero del Sudeste asiático.


La ‘convertibilidad’


Por encima del derrumbe de la Bolsa, de la pinchadura de la burbuja especulativa inmobiliaria, del endeudamiento externo de corto plazo, de la pérdida de reservas, de la‘sobreinversión’ y de la deflación, “el real problema de Tailandia no es el valor de su moneda sino la rigidez de su régimen cambiario” (The Economist, 24/5). Tailandia es otro de los tantos países que ha adoptado el esquema ‘cavallano’ de ‘atar’ la moneda nacional a las ‘divisas duras’ (en este caso, una ‘canasta’ de monedas, en particular el dólar y el marco alemán).


Vistos los ‘problemas’, veamos los pronósticos. “Lo peor no parece haber pasado todavía. Una catártica crisis final puede ser necesaria para restaurar el equilibrio (…) Dejar colapsar a las empresas inmobiliarias y financieras puede provocar una aguda caída de los precios de los activos y grandes pérdidas para bancos, tanto locales como extranjeros. Pero despejaría el aire (…) Una devaluación —aunque no significará nada para la balanza comercial y causará inmensas pérdidas a grandes compañías endeudadas en dólares— puede ser el mal menor (…) Este parece ser el mensaje que proviene de los mercados financieros” (ídem, diferenciado nuestro).


“Baño de sangre”


Aunque Tailandia no tiene la envergadura económica de México, los especialistas sostienen que “el baño de sangre (sic) monetario se vuelve global” (International Herald Tribune, 16/5).


En Europa oriental, después de haber perdido 3.000 millones de dólares (el 25% de sus reservas), la República Checa debió resignarse a dejar ‘flotar’ su moneda y verla depreciarse un 10% en apenas dos semanas. También la corona checa estaba atada a una ‘moneda fuerte’ (el dólar).


La devaluación ya está empujando al país a la recesión. “Las próximas semanas mostrarán hasta qué punto la cura severa que (el gobierno) quiere infligir a su país será tolerada por los checos, cada vez menos inclinados al sacrificio” (Le Monde, 13/6). Para O Estado de Sao Paulo (17/5), “el modelo tailandés tiene semejanzas con el de Brasil”. Como Tailandia y Checoslovaquia, Brasil presenta un abultado déficit de sus cuentas externas, que se financia mediante un endeudamiento creciente. No hace falta mencionar que éste es también el caso de la Argentina.


Como se puede ver, el ‘ciclo’ de la ‘convertibilidad’ menemista se agota rápidamente en el plano internacional.