Aaron Swartz, un activismo por el libre intercambio de información

"No fue suicidio, fue asesinato por acoso"

Aaron Swartz fue un programador de Internet y activista, que a la edad de 14 años fue coautor de los RSS (Really Simple Syndication, que se utiliza para difundir información actualizada frecuentemente a usuarios que se han suscrito a la fuente de contenidos) y colaboró en la creación de las licencias CreativeCommons. En 2008 dio a conocer el Guerrilla Open Access Manifesto (Manifiesto por el Acceso Abierto Guerrillero): “El patrimonio científico y cultural mundial, publicado durante siglos en libros y revistas -denuncia en el texto- es cada vez más digitalizado y encerrado bajo llave por un puñado de corporaciones privadas”. Posteriormente colaboró con Wikileaks  (http://news.cnet.com) y apoyó activamente los “whistleblowers” (denunciantes, como Bradley Manning).


Desde el sitio web activista demandprogress.org se inició un gran número de campañas a favor de la libertad de Internet y otros temas políticos, por ejemplo, por la derogación del Patriot Act y contra la abrogación de los derechos democráticos en la lucha “contra el terrorismo”, contra el asesinato extra-jurídico efectuado por el gobierno federal contra supuestos “terroristas”, y contra los dispositivos utilizados en la seguridad en los aeropuertos. Otras campañas destacadas fueron contra SOPA y otra normativa que intenta legalizar la censura en Internet, contra el espionaje e invasión de privacidad de las personas, contra el copyrighting excesivo de materiales, y sobre todo por el libre intercambio de información, abierto a todos.


Escribió en su manifesto de 2008: “ Es hora de salir a la luz y, en la gran tradición de la desobediencia civil, declaramos nuestra oposición a este robo privado de la cultura pública. Tenemos que tomar la información, donde se almacena, hacer nuestras copias y compartirlas con el mundo. Tenemos que tomar (materiales archivados)… y descargar revistas científicas y subirlas a redes de intercambio de archivo. Tenemos que luchar por Acceso Abierto Guerrillero.”


Según los cargos en su contra, en setiembre de 2010, Aaron Swartz empezó a bajar documentos archivados en el JSTOR (ver el artículo del periódico de los estudiantes del pretigioso Massachusetts Institute of Technology (http://bit.ly/109yrGm) para todos los detalles del caso desde 2010 hasta el presente). JSTOR (abreviación de Journal Storage, en inglés “almacén de publicaciones periódicas”) es un sistema de archivo en línea de publicaciones académicas. Aaron Swartz fue acusado el 19 de julio de 2011 de descargar 4,8 millones de artículos y otros documentos de la base de datos de JSTOR con el fin de compartirlos a través de sitios de descarga gratuita.


La oficina del fiscal federal para el estado de Massachusetts tomó cartas en el asunto (los cargos fueron anulados por las autoridades locales) con la excusa de que el supuesto acto tuvo lugar en Massachusetts y JSTOR está ubicado en el estado de Nueva York. Aaron Swartz enfrentaba la perspectiva de multas de un millón de dólares y más de 30 años de detención en una prisión federal.


Poco antes de que se iniciara este juicio, el 11/1, Aaron Swartz se suicidó a la edad de 26 años.


Sobre Aaron Swartz cayó toda la presión de las corporaciones y el Estado. Los medios oficiales esconden este punto central de su suicidio, sobre todo ocultando su condición de activista y los terremotos tanto en la administración del MIT como en la crisis política centrada en la persona de la fiscal federal y sus ambiciones políticas (http://www.esquire.com/blogs/politics/aaron-swartz-case-011713).


Durante la misa/acto comemorativo, este último sábado, la novia de Swartz, Taren Stinebrickner-Kauffman, contó que la enorme presión había dominado sus vidas. “Se enfrentó a un sistema de justicia penal profundamente disfuncional”, dijo. “Estaba tan asustado, tan desesperado y atormentado , y más que nada tan cansado que no podía soportarlo otro día”, añadió (http://www.guardian.co.uk/technology/2013/jan/20/aaron-swartz-memorial). Mientras tanto Wikileaks, además de confirmar su participación como fuente de información, denunció este fin de semana que parte de la presión enorme que caía sobre el activista fue la participación activa de los servicios secretos en el caso. Su colaborador Roy Singham, un colaborador cercano a Swarz, y fundador de la iniciativa Freedom to Connect (Libertad para comunicarse), dijo “Esto no fue un suicidio. Fue un asesinato por la intimidación, el acoso y tormento”. Hay que exigir responsabilidades a los que atormentaba a Aaron.


No es la primera vez que actos individuales han desatado movimientos masivos de organización colectivas, capaces de hacer temblar al mismo Estado. Tenemos presente hace dos años el caso de Tarek al-Tayeb Mohamed Bouazizi de Túnez, y hemos documentado otros casos en Grecia.


Todo indica que el movimiento desatado por una vida llena de activismo de Aaron Swartz y sus compañeros para parar las grandes corporaciones que expropian el libre intercambio de información apenas comienza.