Abajo el bombardeo imperialista a Siria

El ataque aéreo combinado de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia en territorio sirio es la última expresión de una guerra devastadora donde se cruzan los intereses de las grandes potencias y que en siete años ha causado más de 350 mil muertos y millones de desplazados. Una rotunda desmentida a los que pregonan un desarrollo pacífico del capitalismo.



Las fuerzas de esta coalición localizaron sus ataques en presuntos depósitos de armamento químico del régimen de Bashar Al Assad, pero según la BBC (15/4) éstos “fueron diseñados específicamente para evitar daños a las fuerzas rusas e iraníes”, que apoyan en el terreno al gobierno del primero. Tan calculado habría sido el ataque que Francia reconoció que Moscú fue notificada previamente de éstos (ídem).



El trasfondo del ataque sería, según coinciden varios analistas, una advertencia del imperialismo a Rusia e Irán en la disputa por el reparto de Siria. Yanquis, británicos y franceses buscan subordinar a Putin. Israel y Arabia Saudita, temerosos de un crecimiento de la influencia iraní en la región, se alinean con los primeros. El sionismo desarrolló en estos días un ataque contra objetivos persas en Siria.



Los ataques buscarían, entonces, una renegociación del reparto de Siria.



A todo esto, la justificación usada por Trump para llevar a cabo el bombardeo, un presunto ataque con armas químicas sobre la población civil en Duma (en la región de Ghouta) que dejó decenas de muertos, sigue sumando controversias. Trump no ha presentado una sola prueba que involucre a Al Assad o a Rusia. Se escuda en que se trata de información reservada y llega al absurdo de proponer (junto a May y Macron) en el Consejo de Seguridad de la ONU una investigación sobre los ataques con armas químicas, ahora, una vez que la represalia militar ya ha sido consumada. (Que no haya pruebas contra Al Assad y Rusia en este caso puntual no desmiente, por supuesto, los bombardeos contra la población civil y terribles sufrimientos que ambos han infligido al pueblo sirio).



El otro motivo que habría influido en el ataque, aunque menor en referencia al primero, es de características domésticas. Trump se encuentra preocupado por el “Rusiagate”, la publicación del libro de un ex jefe del FBI que lo sindica como un “capo mafia”, y el allanamiento de las oficinas de su abogado por el affaire del primer mandatario con una estrella porno. En resumen, por la aguda crisis política norteamericana, a pocos meses de las elecciones de medio término.



El ataque en Siria ha vuelto a mostrar ante los ojos del mundo el horror de la guerra imperialista. Como afirma una reciente declaración del PO, es necesario que los pueblos oprimidos y los trabajadores de los países imperialistas unan fuerzas en una acción internacional contra el imperialismo y para derrotar las guerras imperialistas y reaccionarias mediante la revolución social.



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