Una nueva ola de bombardeos y ataques de las fuerzas israelíes contra la Franja de Gaza dejó en los últimos días 21 muertos y más de un centenar de heridos. Según la agencia de noticias palestina Maan News (6/5), los ataques aéreos dañaron edificios residenciales, puertos,  universidades y escuelas. También alcanzaron la sede de la agencia de noticias estatal turca Anadolu.

El ataque israelí se produce en respuesta al lanzamiento de cohetes por parte de Hamas y la Jihad Islámica, que causaron cuatro muertos, que eran a su vez una respuesta al asesinato de cuatro militantes palestinos durante las protestas del viernes por el retorno en Gaza. En las últimas horas se alcanzó un alto al fuego, pero el primer ministro Benjamin Netanyahu aclaró que la campaña “no ha terminado”.

Los bombardeos y el despliegue de tropas a la frontera reabrieron las especulaciones sobre una nueva invasión contra la Franja, devastada durante la operación “Margen protector” de 2014. Por derecha, hay quienes cuestionan a Netanyahu por la insuficiencia de los bombardeos y reclaman una solución de fondo. “Es hora de que hagamos una estrategia clara de qué hacer con Gaza. Si vamos a utilizar la fuerza militar para tratar de resolver la amenaza de Hamas, esta vez la fuerza debe ser abrumadora para que disuada a Hamas el mayor tiempo posible”, observa un editorial del Jerusalem Post (5/5). Netanyahu considera la invasión como “la última opción” (ídem, 6/5). Y negocia, por estos días, la formación de una coalición de gobierno con el resto de las formaciones de derecha.

En el último año, las fuerzas israelíes asesinaron a más de 250 manifestantes palestinos durante las marchas por el retorno. La Franja de Gaza es una prisión a cielo abierto en que sus 2 millones de habitantes padecen un brutal bloqueo y donde los servicios y la infraestructura se encuentran destruidos. El 60% del territorio cisjordano se encuentra bajo control de Israel, que ha desplegado 600 mil colonos en esta región y Jerusalén Este.

Repudiamos la nueva ola de ataques israelíes. Para lograr la confraternización de los pueblos de la región, es necesario derrotar al imperialismo y el sionismo para poner en pie una Federación Socialista de Medio Oriente.