Verde, con la imagen de una percha y la palabra “Adiós” en español, la contratapa de este martes de The New York Times, uno de los principales diarios del mundo fue dedicada al inminente tratamiento del proyecto de ley de aborto legal en el Senado argentino. La publicación está firmada por la ONG Amnesty International.

El dibujo explicita brutalmente el peor método doméstico al que centenares de mujeres se ven sometidas para interrumpir sus embarazos en la clandestinidad, poniendo de relieve la cruda realidad que implica la ilegalidad del aborto. Debajo de la imagen de la percha, una breve y clara información explica las consecuencias del aborto ilegal: “Las complicaciones por abortos inseguros son la principal causa de muertes maternas en Argentina”. Hace tan solo tres días la ilegalidad del aborto se cobró una nueva vida en Argentina: la de Liliana Herrera, de 22 años, madre de dos hijos, que ingresó a un hospital de Santiago del Estero con una infección generalizada. 

“El 8 de agosto, los senadores en Argentina podrían elegir cambiar esto si votan el proyecto de ley para descriminalizar el aborto. El mundo está mirando. #AbortoLegalYA”, cierra la contratapa de The New York Times. La sanción de la ley, que ya fue aprobada por Diputados, habilitaría la práctica del aborto en todos los hospitales del país hasta la semana 14, segura, de manera gratuita y sin condicionamientos de ningún tipo. Terminaría de este modo con el flagelo de los riesgos para la salud y la vida que someten especialmente a las mujeres que no cuentan con los recursos económicos necesarios para garantizar un aborto clandestino en condiciones de salubridad y que abortar sin poner en riesgo la vida siga siendo un privilegio de aquellas mujeres con la posibilidad de pagar una clínica privada o un método seguro.

En Argentina, como en todo el mundo, el aborto es una realidad. Las estadísticas más serias sostienen que en Argentina se realizan casi quinientos mil abortos por año, por el que ya han muerto tres mil mujeres desde 1983. Lo que está en debate mañana en el Congreso es si el aborto es legal, seguro y gratuito y en Argentina podemos decirle adiós a la percha o si es clandestino, y se nos sigue subyugando a métodos de barbarie. Esto es lo que sintetiza el mensaje publicado por el New York Times.



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El proyecto de aborto legal fue objeto de una intensa campaña clerical en las últimas semanas, incluida la participación del papa Francisco, con llamados a todos los jefes de bloque. La Iglesia ha hecho valer, frente a un gobierno acuciado por la crisis económica, su rol de contención social. Lo mismo vale en el campo de la oposición pejotista y kichnerista. El aborto no es "una moda", como proclamó la senadora K Silvina Larabarru, que anunció su voto en contra este domingo, sino un derecho a salud sexual y la de un instrumento político de control social por el que luchamos hace más de un siglo y que el Estado largamente nos ha negado, privilegiando su pacto con la Iglesia católica. 

El movimiento de mujeres en Argentina ha logrado llegar muy lejos. Ganamos el apoyo social a este derecho e impusimos el debate en el Congreso. 

Frente a las presiones del clero, redoblemos la movilización. Mañana, en todo el país y en todas las ciudades del mundo, ¡a las calles para que sea ley!