Al Mas le “falló” Cedrás

A diferencia del Pts, el Mas ha dedicado apenas unos pocos párrafos en su último periódico (Solidaridad Socialista Nº 485, 26/10) a criticar las posiciones del PO respecto de Haití.


El Mas nos critica afirmar que “Aristide ha servido al imperialismo para imponer una salida ‘democratizante’ a la crisis haitiana pero no es, ni mucho menos, el hombre del imperialismo. Ese papel parece reservado a Evans Paul, alcalde de Puerto Príncipe y también dirigente del Lavalás y a quien se señala como el próximo presidente haitiano”. Que digamos esto no puede ser señalado como un embellecimiento de Aristide, por la sencilla razón, además, de que exactamente un párrafo antes escribimos que “Aristide regresa a la presidencia como una figura decorativa de la ocupación norteamericana. Aristide no sólo deberá ‘gobernar’ en el cuadro del acuerdo Carter-Cedrás; trae, además, ‘un equipo de asesores profesionales’ y ‘un plan económico del Banco Mundial’”. Lo que intentamos mostrar es que los yanquis ya están trabajando en la línea de reemplazar a Aristide por un elemento como Evans, ligado a la oligarquía haitiana, lo que constituye un factor de crisis política dentro del Lavalás.


Socarronamente, el Mas nos pregunta si creemos que la ocupación está dirigida por el imperialismo “democrático”. No lo creemos; estamos convencidos de ello y la mejor demostración de que la operación haitiana está dirigida por la fracción “democrática” del imperialismo es que no ha volteado a un Allende para colocar a un Pinochet, sino que ha volteado a Cedrás para reponer a Aristide.


Hace casi un año le respondíamos al Mas sobre esta misma cuestión, que cuando nos referíamos al imperialismo “democrático”, “hablamos del carácter imperialista de la democracia” y no de las inexistentes tendencias democráticas del imperialismo (Prensa Obrera Nº 407, 24/11/93). Al deducir que caracterizamos como “progresiva” a la política del imperialismo porque lo calificamos como “democrático”, el Mas nos está revelando su concepto de la democracia burguesa, no el de PO.


“No plantean fuera las tropas de ocupación”, dice el Mas, pasando por alto que durante tres años hemos sido la única organización que planteó una política para oponerse a la invasión. Pero sólo los partidarios de Cedrás pueden reducir la cuestión a “Fuera las tropas yanquis”, sin plantear también algo que el Mas no hace: la destrucción del ejército haitiano, comprometido hasta la médula con la dictadura y los crímenes contra los explotados, y el armamento de las masas.


Las chicanas del Mas —no tienen siquiera la categoría de una crítica— tienen el único propósito de distraer la atención sobre la única y fundamental divergencia que enfrentó al PO con los morenistas durante estos tres años: mientras el PO planteó derrocar a la dictadura para impedir la invasión —o, en todo caso, para que esa invasión no pudiera cubrirse de un manto “democrático”—, los morenistas llamaron a defender a Cedrás, lo que fue, como se sabe, el camino más seguro y directo para asegurar el éxito del desembarco. La política del PO servía para destruir la trampa “democrática” del imperialismo; la de los morenistas, para reforzarla.


Juzgue usted, lector, quién ha sabido luchar contra la invasión y quién ha capitulado ante el imperialismo “democrático”.