Los pilotos de la empresa aeronáutica Lufthansa, la más grande de Alemania, realizan durante esta semana una huelga en demanda de aumentos salariales para los 5400 pilotos de Lufthansa y otras líneas que dependen de esta: Lufthans Carga (transporte de carga) y Germanwings (aerolínea de bajo costo).

La empresa lleva más de cinco años sin otorgar un aumento salarial, pese a las ganancias millonarias que ha producido en ese tiempo. Los trabajadores nucleados en Vereinigung Cockpit (VC) exigen una suba salarial acumulada de 22%, y el establecimiento de un aumento anual de 3,66% (contra el 2,5% ofrecido por la patronal).

Las negociaciones por un nuevo convenio colectivo se prolongan desde hace casi tres años, período en el cual los obreros han realizado catorce huelgas sin respuestas favorables por parte de la patronal. De hecho, Lufthansa prolonga sus embates contra los trabajadores con el plan de “demandar de nuevo al sindicato VC 60 millones de euros por el daño financiero causado por las primeras huelgas de abril de 2014.”

 

Low cost

La cerrada negativa a mejorar la oferta se enmarca en una perspectiva más general: “Lufthansa Group busca reducir sus costes unitarios y negocia con los sindicatos sobre salarios vinculados a productividad, planes de pensiones y edad de jubilación” (ABC, 21/11). Se trata de tentativas que la empresa fundamenta en la necesidad de ser “competitiva” con las aerolíneas low cost, una extorsión que exige que los trabajadores acepten la flexibilización para mantener sus puestos de trabajo, sin que las siderales ganancias capitalistas se vean afectadas.

La ofensiva de la empresa, así como el impasse de la actual negociación, se ha visto respaldada por la tesitura conciliadora de los distintos sindicatos que intervienen. De hecho, las  negociaciones que se han cerrado en el pasado han llevado a la reducción de derechos jubilatorios, tanto para el personal de tierra como para los auxiliares de vuelo.

Por su magnitud, el conflicto ha capturado las miradas de la prensa internacional, concentrada en la cancelación de vuelos y las pérdidas capitalistas. Para la clase obrera, se trata de una acción librada por miles de trabajadores, en el corazón del capitalismo europeo, que subraya la necesidad de una política independiente para llevarla al triunfo.