Alemania: Preparan una huelga nacional

En Alemania, la tensión social se palpa en el aire.


La recesión interna, la caída de las exportaciones y la drástica reducción de los beneficios industriales han llevado a “las corporaciones alemanas a sufrir su cataclismo más doloroso desde el fin de la guerra” (Newsweek, 20/9). El “cataclismo” golpea al corazón industrial del oeste capitalista, las industrias eléctricas y mecánicas: “la situación económica de las industrias es peor que en cualquier otra época” declaró un vocero de la cámara patronal; las cifras lo confirman: “la producción cayó un 14% en la primera mitad del año y se espera que la inversión caiga el 19% en todo 1993” (Financial Times, 29/9).


Frente a las condiciones creadas por la crisis, la burguesía y el gobierno alemán se han lanzado a una verdadera guerra contra el movimiento obrero alemán para liquidar sus conquistas históricas y reducir brutalmente el valor de su fuerza de trabajo.


Aunque en los últimos dos años ya han sido despedidos miles de trabajadores de las cuatro industrias claves: automotrices, máquinas herramientas, químicos y equipos eléctricos, los despidos continúan a toda máquina; sólo la Mercedes Benz ha anunciado 14.000 para el año próximo, otros 30.000 la Telekom;  y otros 30.000 la industria química. La Bosch —el mayor pulpo dedicado a producción de equipos eléctricos y autopartes— ha lanzado una campaña para imponer un recorte sustancial en los “beneficios sociales” de sus trabajadores, tales como el pago de la “cantina”  en la planta y préstamos sin interés para la compra de vivienda de los trabajadores. Si las “negociaciones secretas” (Financial Times, 1/10) que sostiene la Bosch con la burocracia sindical para liquidar estas conquistas tienen éxito, inmediatamente serían extendidas a todas las empresas de la rama. El programa de las patronales va todavía más lejos, pues la cámara patronal de la industria metal-mecánica acaba de desconocer los contratos vigentes sobre salarios y vacaciones.


En consonancia, el gobierno de Helmuth Kohl también ha lanzado una campaña de “austeridad fiscal”, que prevé el desmantelamiento de la seguridad social, lo cual dejará en la miseria a 250.000 desocupados, jubilados y madres solteras (El Cronista, 25/8); el corte de los subsidios a las minas de carbón, lo que provocará otra oleada de despidos, y la privatización de las empresas estatales de telecomunicaciones, ferrocarriles, energía y seguros, con la consiguiente “racionalización” y “flexibilización” de su personal. El gobierno acaba de hacer aprobar en el parlamento una ley que reduce en un 20% el pago de los días de vacaciones y otra que reduce el seguro de pago de los días no trabajados por mal tiempo en la construcción.  El ministro de economía, Gunter Rexrodt, declaró abiertamente que los trabajadores deben aceptar una reducción salarial por un período prolongado, jornadas de trabajo más largas y vacaciones más cortas (Le Monde, 4/9).


En su ataque al movimiento obrero, el gobierno y las patronales cuentan con la colaboración de la burocracia sindical y de la oposición socialdemócrata. Mientras los burócratas sostienen “negociaciones secretas” de toda índole con las patronales para recortar conquistas obreras en las empresas, el SPD ha establecido una virtual “gran coalición” con el gobierno (Financial Times, 24/9) para imponer en el parlamento los cortes presupuestarios, las leyes de liquidación de conquistas obreras y las privatizaciones. El SPD dio su voto para la ley que reduce un 20% el pago vacacional (International Herald Tribune, 22/9).


Pero no en vano el proletariado alemán es el más fuerte de Europa. Las protestas, manifestaciones y huelgas se suceden. En las últimas semanas se han organizado en Alemania oriental numerosas y masivas manifestaciones contra el desempleo y el desmantelamiento de la seguridad social; está en progreso una marcha de los desocupados de Alemania oriental a Bonn; se han realizado huelgas de protestas contra los despidos en la Mercedes Benz y en la Deustche Aeroespace y el sindicato de la construcción ha organizado una protesta nacional contra la liquidación del seguro por mal tiempo. La burocracia de la IG Metall ha anunciado una campaña de agitación para preparar una huelga metalúrgica nacional para el año próximo, en respuesta a la ruptura unilateral de los contratos sobre pagos y vacaciones por parte de la cámara patronal. “Creciente ola de protestas”: así resume la situación del movimiento obrero alemán “El Cronista” (25/8).