El viernes 8 tuvo lugar un debate sobre la crisis mundial en la Facultad de Humanidades, en Montevideo, que reunió a Jorge Altamira con Eduardo Lorier, secretario general del Partido Comunista de Uruguay, ante una asistencia compacta que siguió con atención las exposiciones e intervino en la discusión posterior.

Las intervenciones pusieron de manifiesto un hecho singular: una coincidencia entre los panelistas acerca de la caracterización de la bancarrota capitalista. Lorier señaló, en más de una oportunidad, que coincidía con los artículos que había leído de Altamira sobre el tema. El PC de Uruguay es crítico de la política del gobierno, y sus militantes jugaron un rol protagónico en la decisión del paro general del PIT-CNT que se cumplió en forma abrumadora el día precedente.

Las conclusiones del análisis de la crisis mostraron, sin embargo, posiciones diferentes. Lorier expuso una salida a la crisis en términos de propuestas económicas, entre las que enumeró la suspensión del pago de la deuda externa, la utilización de las reservas internacionales de Uruguay para proyectos de industrialización y, por sobre todo, un fuerte aumento de salarios y pasividades -única forma, dijo, de concretar una redistribución progresiva de ingresos.

Altamira señaló que este planteo no constituye una transformación del orden social (citó que no plantea la nacionalización de los bancos o el desconocimiento de lo que llamó deuda usuraria), sino una programación económica alternativa. Este enfoque, agregó, se salta la mediación política fundamental entre la crisis y la salida popular o socialista: la creación de situaciones revolucionarias. En un caso, la programación tiene como premisa el orden político existente, con mayores o menores ajustes; en el otro, una movilización de masas por reivindicaciones vitales que rompe ese molde político. La bancarrota capitalista no deja indemne al sistema político. Quedó en debate una cuestión de método que hace al núcleo mismo de la crisis capitalista.

Un interés adicional de la mesa es que tuvo lugar en las vísperas del XXV Congreso del Partido Comunista de Uruguay.