Batlle y Roggio apoyan al Frente Amplio contra los municipales de Montevideo

Los representantes del gobierno frenteamplista de Montevideo en las discusiones paritarias con el gremio municipal Adeom, rechazaron de plano el reclamo de un aumento de emergencia de 500 pesos que encabezaba el pliego de reivindicaciones sindicales. Este reclamo había sido aprobado masivamente en la última asamblea general del gremio y representa apenas una compensación por la pérdida del poder adquisitivo de los salarios municipales desde febrero, cuando venció el anterior convenio colectivo.


La negativa ha sido un golpe brutal para miles de trabajadores que consideran al FA como su gobierno. En la sección de correo de la revista Brecha (15/9) se publica una carta de una “funcionaria municipal frenteamplista” que señala que “cuando una mañana, a las 8 en televisión, una integrante del ejecutivo comunal plantea –con una sonrisa en los labios– que no va a haber aumento salarial (…) creo que es la expresión de una administración que está ajena, trivial e indiferente a los problemas de miles de trabajadores municipales”.


El gobierno municipal frenteamplista quiere imponer una rebaja salarial en toda la línea. Por eso, además de rechazar el aumento, ratificó la eliminación de las horas extras y del trabajo sabatino para los trabajadores de los Centros Zonales. “Entre la reducción de las horas extras y la supresión del sexto día, declara un trabajador, algunos funcionarios pasaron a ganar menos de la mitad de lo que cobraban antes, algo que ni siquiera la dictadura se animó a hacer” (Brecha, 1/9). Peor que la dictadura: así de brutal es el ataque frenteamplista a las condiciones de trabajo de los municipales.


El gobierno de la ‘izquierda que se une’ (uruguaya) planea también ir más a fondo en su ataque a los recolectores de residuos. “Fernando Nopitsch, director de limpieza, aseguró que en caso de no llegarse a un acuerdo por los aumentos de productividad con los trabajadores agrupados en Adeom, extenderá los servicios mediante operadores privados (y) ampliará la zona que entregó en concesión para la recolección de residuos” (Brecha, 15/9). En realidad, el planteo privatizador de la Intendencia viene de lejos. Aníbal Varela, presidente de Adeom, denunció hace ya unos meses, en un reportaje de Prensa Obrera, que Benito Roggio había ingresado cuarenta camiones nuevos para la recolección de residuos en las zonas hasta entonces operadas por los trabajadores municipales.


“La respuesta de Adeom –dice la misma revista– será la que defina si la Intendencia da en concesión una nueva área”. Al semanario frenteamplista le parece perfectamente normal que, como cualquier capitalista, la Intendencia ‘de izquierda’ someta a los trabajadores a un chantaje descarado: “O aceptan la flexibilización y la ‘ rebaja de costos’, o tercerizamos”. En ambos casos, se perderán centenares de puestos de trabajo y se reducirán aun más los actuales salarios de miseria.


Con medidas antiobreras y privatistas como éstas (u otras, como la suspensión del pago de los aportes patronales), con la suspensión de obras en los barrios populares y con préstamos de los organismos financieros internacionales (atados a compromisos de privatización), la Intendencia ‘de izquierda’ pretende hacer frente al enorme déficit de la comuna, que alcanza los 100 millones de dólares. Este déficit es, fundamentalmente, la consecuencia de la política capitalista de la Intendencia (privatizaciones, subsidios al capital, pago de la deuda pública a bancos y organismos financieros, no ‘tocar’ impositivamente al gran capital). Pero refleja, también, la crisis económica nacional (la recesión provocó que el año pasado se patentaran 20.000 autos menos que en 1998; la desocupación y la rebaja salarial llevaron al 20% la morosidad de los impuestos municipales).


En lugar de enfrentar al gobierno capitalista responsable de esta catástrofe, el FA se ha unido a él contra los trabajadores: “El mejor trato que el gobierno de Jorge Batlle prometió a la IMM tiene como contrapartida una juiciosa política salarial de la comuna” (Brecha, 1/9). Este acuerdo político de fondo explica la oposición del Frente Amplio y de una parte de la burocracia sindical a la movilización por un plebiscito contra la “ley de urgencia” privatista y flexibilizadora que aprobó el Parlamento (incluso con el respaldo explícito del Frente Amplio en muchos de sus puntos) a comienzos de año. La campaña por el plebiscito fue impulsada por un conjunto de gremios y aprobado, después de notorias resistencias, por el PIT-CNT.


Al cierre de esta edición, Adeom se encontraba preparando una asamblea general (a realizarse el lunes 25) para responder a los planteos flexibilizadores y de reducción salarial del gobierno municipal.