Bélgica: Trabajadores van a la huelga contra la Ford

La crisis industrial se está haciendo sentir con fuerza también en Bélgica. La Ford viene de anunciar el cierre de su planta en Genk, en la que trabajan 4.600 operarios. Esta noticia coincide con el anuncio de Caterpillar del despido de 1.400 trabajadores sobre un personal total de 3.700 y Arcelor Mittal, a su turno, que hará lo propio con otros 1.300.


Los trabajadores de Bélgica tropezaron con el bloqueo de la burocracia de las tres centrales obreras (socialdemócrata, cristiana y liberal). Los dirigentes terminaron pactando con la patronal un plan de reducción de la jornada de trabajo durante diciembre con una disminución del 40 por ciento del sueldo. Al mismo tiempo, pusieron en marcha una consulta en la fábrica en la que se puso en consideración si ir a la huelga o aceptar un arreglo consistente en una rebaja salarial unido a una merma de la producción diaria de unidades. Los sindicatos ejercieron una brutal presión para que se aceptara esta segunda propuesta, pese lo cual, el 47 por ciento de los trabajadores votaron por adoptar medidas de fuerza. La indignación se hizo sentir en la planta cuando se conoció el resultado, hasta el punto tal, que la franja más aguerrida de la fábrica, unida a trabajadores pertenecientes a los proveedores de Ford que fueron excluidos de la negociación, tomaron la iniciativa de ir a la huelga, desafiando a la burocracia y a la patronal e improvisaron para ello un comité de acción.


Pese al hostigamiento implacable de la burocracia, a lo cual se sumó la empresa y el Estado, los activistas, en base a piquetes, asambleas y agitación, mantuvieron heroicamente la huelga durante nueve días. Atacados por todos lados, el 21 de enero pasado, se vieron forzados a levantar la lucha. Asistimos a los primeros rounds de una lucha, cuyos principales capítulos están por escribirse.