“El director del Fondo Monetario Internacional, Host Köhler, dijo estar entusiasmado con la actitud del gobierno brasileño y le manifestó su total apoyo” (O estado de Sao Paulo, 12/3). En una conferencia brindada en Madrid, “casi toda consagrada al Brasil”, Köhler mostró su euforia “con los avances concretados hasta ahora por el Presidente Lula” (ídem). Días antes, en Clarín, López Murphy dijo que la política económica de Lula no difiere de lo que él propone para la Argentina. Cuando en el mismo lapso, Lula recibió en Brasilia al presidente de Colombia – Alvaro Uribe – , el título de la prensa fue: “Apoyo de Brasil a Colombia en la lucha antiterrorista” (Clarín, 8/3).

En realidad, sin embargo, el “entusiasmo” de Köhler es forzado, si se tiene en cuenta que “existe una complicidad entre el Fondo y la Casa Blanca para esconder la gravedad financiera de la deuda de Brasil y la imposibilidad real de Lula de pagarla sin una amplia refinanciación” (Clarín, 7/3).

Cuando no han pasado tres meses desde que asumiera el cargo, “se acabó la luna de miel” coincide la prensa internacional. ¡El propio Cavallo acaba de advertir en un reportaje que Lula, si sigue así, es decir haciendo lo que el mismo Cavallo hizo, va a terminar como De la Rúa! Para decirlo con el lenguaje de Bersuit Vergarabat: en Brasil también “se viene el estallido”.