Bolivia: el ‘Estado plurinacional’ al servicio de petroleras y mineras

Mientras Evo Morales Ayma, con el 40% de público de su primera presidencia, asumía como primera autoridad del nuevo “Estado Plurinacional de Bolivia” el pasado 22 de enero y anunciaba la “muerte del Estado neoliberal y colonial”; la oposición -ahora bautizada, por el mandatario, “originarios contemporáneos”- celebraba y los capitalistas, nacionales y extranjeros, se frotaban las manos.

Jindal, la empresa india encargada de la explotación de minas de hierro en Mutún, anunció, acto seguido, que invertirá los 2.100 millones de dólares comprometidos. Días antes, había declarado, en una solicitada, que pospondría inversiones.

El enviado de Japón tenía motivos para declarar que las relaciones son “excelentes entre ambos países”. La empresa Toyosa, concesionaria de Toyota para Bolivia, “está negociando la importación de vehículos híbridos”. Ocho de cada diez vehículos de Bolivia son Toyota, uno de sus mercados más importantes en Sudamérica, pues importa también vehículos de la fábrica de Argentina. Por otro lado, los japoneses destacaron su interés en el litio de alta calidad del Salar de Uyuni -unas 2.000 millones de toneladas, se calcula- cuyo precio “ahora es de 550 dólares”. “Una filial de Toyota Argentina se asociará con la compañía minera australiana Orocobre para desarrollar una mina” para la extracción del litio, con una inversión de entre 100 y 200 millones de dólares. “Pero esto es el primer paso… El mineral escaseará en unos diez años…” y se instalarán en Chile y Bolivia (El Deber, 24/1). Los japoneses se adelantaron a sus competidores de Francia, Alemania y Corea.

Como si fuera poco, en el Salar de Uyuni se ha descubierto la existencia de potasio, cuya cotización es 20 veces mayor que la del litio, con un costo de producción menor y la obtención más rápida, el cual es demandado por Argentina, Brasil, Venezuela y Perú como fertilizante para la soja.

Al sector petrolero privado, Evo le modificará la ley para que las empresas puedan explotar legalmente las tierras de las comunidades aborígenes, con la manifiesta oposición de éstas frente a la contaminación que provocan. Por su parte, Lula ya comprometió honrar los compromisos firmados para la importación de gas boliviano, por los cuales pagarán la diferencia, aunque no consuman el mínimo (take or pay), favoreciendo a las empresas privadas.

Mientras tanto, los empresarios privados y productores agropecuarios auguran la continuidad de la “agenda” con los ministerios, para que “se mantenga el nivel de coordinación” y recomiendan “el diálogo y la concertación” (Gabriel Dabdoub, presidente de la Confederación de Empresas Privadas de Bolivia, CEPB) y que “el gobierno del MAS garantice la seguridad jurídica para todos los sectores” (Demetrio Pérez, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo; Anapo) (El Deber, 24/1). Dabdoub aseveró que “el Socialismo es bienvenido”.

Respondiendo a estos sectores, Evo repitió hasta el cansancio su respeto por la propiedad privada. “No soy enemigo de los ricos”, dijo.

Estados Unidos puede quedarse tranquilo. En estos días, Evo ha dado sobrados guiños al “imperio”. Tres de sus ministros “fuertes” fueron relevados; el canciller Choquehuenca anunció su compromiso de “continuar el trabajo de hacer nuestros lazos más fuertes…” y de tener diálogo “del más alto nivel” (La Razón, 22/1).

El autodenominado “bolchevique” Alvaro García Linera, dio un gesto inequívoco al invitar a Jorge “Tuto” Quiroga, el ex presidente, a la ceremonia de asunción en la Asamblea Plurinacional, quien asistió en medio de insultos al Palacio. Linera habría ordenado invitar a “Tuto” porque “mantiene buena relación” con la Embajada de Estados Unidos. Quiroga dijo que “nos preocupa que no se haya avanzado en litio ni en gas” -lo que el gobierno ya había ‘corregido’- y, en alusión Chávez y Correa, dijo que “los países fuertes del mercado están en Europa, Corea y Malasia” (La Prensa, 23/1). Es verdad, el litio y el potasio deberán ser vendidos fuera de América Latina

A su vez, el observador y representante del Centro Carter en Bolivia, Alejandro Nató, afirmó que “Bolivia soluciona sus conflictos con elecciones”.

La designación de los nuevos ministros del gabinete del gobierno fue ampliamente criticada por la base social del MAS. La Confederación Nacional de Markas y Ayllus del Qollasullu (Conamaq) denunció que éste “no es un gabinete plurinacional como prometió en Tiawanaku”. Evo hizo oídos sordos a los reclamos de los sectores sociales acerca de la inclusión de dirigentes aborígenes en los cargos ministeriales.

El vicepresidente había anunciado para Bolivia un horizonte “socialista” y un “Estado integral” gramsciano. En realidad, quiere construir una fiscalidad a partir de las actividades extractivas, o sea un Estado rentista -como siempre fue Bolivia desde los tiempos de Potosí.