Bolivia: el retroceso del MAS

El domingo 4 de abril, una vez más los bolivianos fueron a las urnas, esta vez para elegir gobernadores (los que antes eran prefectos), asambleístas legislativos departamentales, alcaldes y consejeros municipales.

La campaña se caracterizó por la infaltable guerra sucia y la millonada del actual partido de gobierno, para el que que hace algunos años era impensable gastar tanto dinero. Este tremendo gasto y las alianzas con antiguos derechistas no impidieron el retroceso electoral del MAS.

¿Retroceso electoral del MAS? Sí, pero para entender esto hay que saber leer más allá de los cálculos meramente electoreros. El MAS avanzó en cuanto a las gobernaciones; sin embargo, en las ciudades más importantes sólo obtuvo tres alcaidías:

• La de El Alto: con muy pocos votos, teniendo en cuenta que esté fue el bastión electoral de Morales y que en las generales de diciembre pasado le dio más del 80%.

• Pando: que antes era feudo de los partidos de derecha, donde luego de la Masacre del Porvenir, el MAS desarrolló una intervención política arrolladora, incluyendo el asentamiento de campesinos llevados de occidente.

• Cochabamba: la consiguió con una diferencia mínima de 3%.

La noche del domingo, la desazón de Evo Morales era evidente: la Plaza Murillo de La Paz se encontraba casi vacía. Morales perdió una de las plazas más importantes: la alcaldía de La Paz, donde en las elecciones presidenciales había obtenido el 80% de los votos; ahora su candidata a alcaldesa fue derrotada por sus ex aliados del Movimiento sin Miedo (MSM). La ruptura con el MSM fue propiciada por el MAS, que tenía la necesidad de hacerse “solo” de la alcaldía paceña para incorporar a toda la sarta de “buscapegas” que cunden en sus filas. El Movimiento Sin Miedo en principio lamentó el divorcio; sin embargo, los resultados demuestran que salió más beneficiado con la ruptura; incluso le arrebató la alcaldía de Oruro a su ex socio (el MAS).

En Santa Cruz, tanto en la alcaldía como en la gobernación se mantiene aquella derecha que en principio intentó boicotear al gobierno, pero que luego entendió que la mejor manera de gobernar era a través de pactos. A partir del golpe de 2008, la derecha se dividió y el domingo los cruceños se decidieron por aquella derecha concertadora y pactista con el gobierno.

En Beni, donde el MAS desplegó gran parte de sus esfuerzos, si bien crecieron en cuanto a obtener concejalías en los municipios, no obtuvieron la ansiada gobernación, ni con la ‘astucia’ de presentar a una ex Miss Bolivia. Muchas mujeres de los movimientos sociales cuestionaron esta candidatura, aduciendo que para ser candidata del MAS más vale ser reina de belleza o modelo que luchar desde las bases.

¿Se cosecha lo que se siembra?

Desde que el MAS inició los pactos con la derecha en torno a la Nueva Constitución (legalizando el latifundio), luego de que les salvó el pellejo del masivo cerco campesino durante el golpe de 2008, el MAS ha entrado en un franco proceso de derechización, no sólo al incorporar a viejos y podridos politiqueros de los anteriores partidos neoliberales sino al intentar imponer leyes anti-obreras y dar totalmente la espalda a la Agenda de Octubre. El nuevo código laboral, que penaliza la protesta, o la modificación a la ley de tierras en desmedro de las Tierras Comunitarias indígenas para convertirlas en parcelas de propiedad privada son una pequeña muestra de la derechización del MAS.

Mientras Morales “vende” al mundo un discurso de defensa y lucha por “los derechos de la madre tierra” y organiza eventos sobre el cambio climático, al interior permite la depredación transnacional de territorios indígenas: la contaminación en Corocoro por una transnacional coreana, la sequía de comunidades indígenas en San Cristóbal a consecuencia de la explotación minera o el caso de la nefasta labor de Petroandina (Venezuela) en el parque Madidi (zona de los indígenas lecos) dicen mucho de la “política proteccionista” de Evo Morales y su gobierno).

Otro aspecto que explica el retroceso electoral del MAS es el de las candidaturas a “dedo”.

Evo Morales desconoció las designaciones de candidatos por parte de las organizaciones sociales y colocó arbitrariamente a sus preferidos. Este hecho derivó en distintas rupturas al interior del MAS, hasta se podría decir que terminó en una crisis; muchos de los candidatos despreciados fueron captados por el MSM.

Lo que queda claro es la falta de una alternativa política de izquierda que capitalice el descontento de la masa. Dirigentes como Román Loayza, que se alejaron del MAS, terminaron pactando con la derecha.

Mientras el fenómeno de superación se desarrolle en la masa paralelo a la degeneración del MAS, continuarán los santos y constitucionalizados pactos entre el gobierno y los gobernadores medialuneros. Las tensiones de acá para adelante tendrán que darse entre las organizaciones de trabajadores contra las políticas gubernamentales.