Bolivia: la Iglesia bloquea el acceso al aborto legal a una niña de 11 años

En Santa Cruz, la iglesia Católica impidió un aborto legal a una niña de 11 años violada por el padre de su padrastro. La niña se encontraba internada en un hospital, a la espera de poder acceder a un aborto legal, dado que en Bolivia está permitida la práctica bajo la causal de violación. El aborto también está autorizado cuando la vida de la niña o mujer se halla en riesgo.

La menor fue violada por un hombre de 61 años, que es el padre de su padrastro, y actualmente se encuentra en la cárcel. Sobre el violador cae un historial de abusos: los abusos ocurrieron durante los 10 meses que tuvo que convivir con este hombre en una localidad de Santa Cruz, mientras su madre y su padrastro trabajaban en La Paz. Una de las tías de la menor al saber del abuso de la niña fue quien presentó la denuncia. Hace seis años, la hermana mayor de la niña también fue violada. Esta vez el autor fue su propio padre, que igualmente terminó encarcelado (El País, 27/10).

En un principio la familia de la menor había decidido acompañar la interrupción del embarazo, pero cambió de parecer luego de una intervención de la Iglesia Católica en el caso, luego de que apareciera en varios medios de comunicación.  La niña salió del hospital y fue llevada a un centro católico y la Iglesia ofreció pagar una mensualidad a la familia para que no interrumpiera su embarazo (AP, 29/10).

La Conferencia Episcopal Boliviana expresó en un comunicado que “no se puede obligar a nadie a realizar abortos, ni siquiera ante la gravedad de la violencia sexual, porque el aborto en Bolivia es un delito… Ambas vidas merecen y deben ser protegidas”. Los grupos “provida” se apoyan en el hecho de que la niña ya llevaba 5 meses de gestación; de todas formas, para interrumpir el embarazo por violación es indistinto.

Es clave remarcar que el reforzamiento clerical en América Latina es un auxiliar clave para los planes de ajuste ligados al FMI. Se desarrolló por un largo periodo de la mano de los gobiernos “nacionales y populares”, que no sólo empoderaron a la Iglesia católica sino también a la evangélica. La Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) tuvo un rol clave en el golpe de Estado en el país. Luego de la renuncia de Morales, la CEB firmó una declaración que afirmaba que ‘lo que sucede en Bolivia no es un golpe de Estado’… Finalmente, la CEB mandó representantes a la proclamación de Añez” (Prensa Obrera, 28/11/19). En su momento, el papa Francisco evitó dar definiciones concretas sobre Bolivia, donde el golpe imperialista fue apoyado enteramente por la delegación oficial del Vaticano en el país.

Niñas, no madres

El caso de esta niña tuvo una enorme repercusión mediática y en el movimiento de mujeres en el país. Los únicos requisitos que exige la ley boliviana son que haya una denuncia de la violación y el consentimiento de la niña o, si esta es menor, el de sus tutores. Sin embargo, en muchas ocasiones los médicos se niegan a cumplir con la ley y a intervenir a las mujeres y niñas violadas (ídem). Esto responde a la enorme injerencia que tienen las Iglesias en el Estado, recibiendo beneficios económicos de todo tipo y un tutelaje sobre las mujeres y niñas en el sistema de salud y de educación; y que se perpetúa durante todos los gobiernos.

Desde 2014 hasta hoy, se han realizado 508 abortos legales, el 48% de ellos a víctimas menores de 18 años. Según datos de la Casa de la Mujer, en 2020 se reportaron 39.999 embarazos de menores de 18 años, lo que supone que 104 niñas se quedan embarazadas cada día en Bolivia, de las cuales 6 son menores de 13 años (Huffington Post, 27/10).

Este caso pone sobre la mesa que en más de una oportunidad existen casos de niñas que, aún cuando la ley avala una interrupción legal del embarazo, son obligadas a gestar y a parir por parte del Estado. Niñas entre los 10 y los 14 años, una franja etaria que aún no es plenamente la adolescencia, y que en Argentina motivó la consigna y la lucha denodada por #NiñasNoMadres.

Varios grupos de activistas se manifestaron contra esta tortura. La lucha por la implementación efectiva de la ILE y por el aborto legal irá estrechamente ligada a la exigencia de la separación de la iglesia del Estado, dada por un movimiento de mujeres y diversidades independiente de todos los gobiernos, en Bolivia y toda América Latina.