Bolivia: la lucha debe avanzar hacia la huelga general

Para terminar con el gobierno golpista que proscribe elecciones y hunde al pueblo

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) acató el pedido de la golpista presidenta Jeanine Añez, del alto mando militar y los partidos de derecha, de postergar, nuevamente, por quinta vez, las elecciones convocadas: del 6 de septiembre al 18 de octubre.

Pero… partidos de la derecha (el fascista Luis Fernando Camacho, etc.) y funcionarios oficialistas se han opuesto a esta “resolución” reclamando que las elecciones se posterguen sin fecha, “hasta que se resuelva el contagio de la pandemia”.

Dicen estar preocupados por la salud del pueblo, cuando han llevado a Bolivia a una situación catastrófica en materia de salud pública, con sus políticas negligentes, corruptas y propatronales. Defender al pueblo contra el coronavirus plantea sacarse de encima al virus antipopular del golpismo derechista.

No movilizar alienta el continuismo del golpismo…

Nuestro Partido Obrero planteó mil veces que no enfrentar al golpismo con la movilización de masas, pondrá no solo al pueblo bajo la catástrofe económico-social y sanitaria, sino también inviabilizará la realización de elecciones mínimamente democráticas, dando curso al continuismo golpista.

Criticamos, oportunamente, la renuncia no solo del presidente Evo Morales, sino de todos los funcionarios que lo continuaban constitucionalmente, hasta habilitar la ‘elección’ de Añez como presidenta.

Evo Morales y la cúpula del MAS, en cambio, armaron los términos del llamado “acuerdo de pacificación” con la ‘elite’ reaccionaria, represora y racista de Añez, Camacho y Cía. Buscando “la pacificación” se desmovilizó al pueblo que había salido a resistir y se entregó el poder político a los golpistas.

A partir de esta ‘estrategia’ la dirección del MAS se fue tragando todos los sapos reaccionarios. Aceptó la proscripción de Evo Morales de cualquier cargo electivo y de otros candidatos del MAS. Fue corrido Andrónico (Rodríguez Ledezma, de las combativas organizaciones del trópico de Cochabamba) para ser reemplazado como candidato presidencial por Luis Arce, de buena relación con el capital financiero imperialista con el que supo trabajar, como ministro de economía, durante el gobierno de Evo, garantizando la propiedad de aquel sobre las palancas claves de la economía.

Una y otra vez, se fue postergando la convocatoria electoral. El compromiso era que Añez las convocaría en 90 días luego de su asunción presidencial. Pero en febrero se ‘arribó’ a un acuerdo para postergarla y hacerla el 3 de mayo. Iniciada la pandemia, Añez postergó sin fecha las elecciones de mayo. El Congreso con mayoría masista, las convocó entonces para agosto. Pero la presidencia se negó a avalarlas. Finalmente, en un acuerdo entre el Tribunal Supremo Electoral y algunos partidos, se las convocó para el 6 de septiembre. El Parlamento ratificó la fecha, pero el Poder Ejecutivo se negó a promulgar la convocatoria electoral, durante varios días. Finalmente y bajo protesta, se allanó al mandato del Congreso. Pero siguió mascullando que era un genocidio hacerlas en esa fecha y que tenían que postergarse. Ahora ha sido el TSE el que levantó la convocatoria del 6 de septiembre citándolas para 45 días después: para el 18 de octubre. Es el cuento de nunca acabar. El TSE, un organismo no elegido por la soberanía popular, sino creado por el Congreso, se atribuye el derecho a levantar y convocar elecciones, en contra del voto del Parlamento. El gobierno golpista que se definió como provisional, para llamar en tres meses a elecciones seguirá instaurado más de un año…

…y lo envalentona

El gobierno golpista no se mantiene en el poder como un objetivo en sí mismo. Está actuando permanentemente para modificar la realidad en un sentido reaccionario y proimperialista. Aunque el Parlamento no ha sido disuelto por el golpe, el Poder Ejecutivo hace caso omiso del mismo. Añez anunció el pedido de un préstamo (1500 millones de dólares) al FMI para enfrentar la pandemia. Como las condiciones no estaban claras (tasas de interés, etc.) el Parlamento se negó a aprobarlo hasta que llegaran las informaciones pedidas. El gobierno lo resolvió por decreto. Los comandantes de las Fuerzas Armadas enviaron una lista de ascensos que privilegiaba a los mandos golpistas. Como el parlamento la dejó en suspenso, el gobierno de Añez la aprobó por decreto. Igual en política internacional (incorporación al Grupo de Lima con Trump y Bolsonaro, etc.), etc. Los parlamentarios del MAS que cuentan con mayoría en ambas cámaras tampoco han presentado y menos tratado proyectos de defensa del pueblo, frente a la pandemia y la crisis social, en el medio de la catástrofe que se está descargando.

Una estrategia desmoralizante

El golpe cívico-militar contra Evo Morales fue enfrentado por este con una… estrategia electoral. Pero las movilizaciones fascistoides, golpistas y derechistas deben ser derrotadas en las calles. “Pacificar” a las masas a la espera de una convocatoria electoral envalentona a la derecha. Esta no ha dado un golpe provocando una crisis mayúscula y una movilización de masas para entregar el poder 9 meses después, acatando el resultado de las urnas. La derecha no reconoció la amplia mayoría electoral que obtuvo el MAS en octubre pasado. ¿Por qué la reconocería en caso de un nuevo triunfo de esta coalición nacionalista-indigenista?

Justamente, es la disgregación que la crisis ha acentuado en la derecha, impidiéndole presentar una candidatura única, la que hace que una y otra vez se posterguen las elecciones. Ahora el gobierno ha salido a pedir internacionalmente la captura de Evo Morales por terrorista. Y presentó escritos pidiendo la proscripción del candidato presidencial del MAS, Arce, por ‘revelar’ una encuesta que le daba ganador el 6 de septiembre. Las elecciones bajo este gobierno golpista o no se harán (las versiones de nuevo golpe circulan por varias fuentes) o serán proscriptivas y fraudulentas.

La táctica de Evo Morales y la conducción del MAS es la misma que usó Lula y el PT en Brasil. Permitieron que una cincuentena de senadores destituyeran a la presidenta Dilma Rousseff, que había sido elegida por 50 millones de brasileros. No hicieron nada frente a este golpe pseudo parlamentario, en realidad instrumentado por las Fuerzas Armadas, a pesar de contar con la central obrera (CUT) y las centrales estudiantiles, campesinas y otras organizaciones de masas. Luego dejaron que se sacara una reforma laboral rabiosamente antiobrera y reaccionaria, también sin organizar la huelga general. Y así, paso a paso, con el planteo de que había elecciones en el 2018 y entonces el PT volvería al poder. Finalmente se lo proscribió y encarceló a Lula, el candidato presidencial del PT, en forma arbitraria. Se fue paralizando y desmoralizando al pueblo trabajador, se lo fue atomizando y se abrió el camino al ascenso de la derecha fascistizante de Bolsonaro.

Evo Morales está aplicando la misma estrategia errada de desmovilización. Hay elecciones –dice-, ganamos y volveremos al gobierno. Así se van tragando sapos de todo tipo. El pueblo está sufriendo una fenomenal pandemia de coronavirus y la crisis capitalista: la crisis la están pagando las masas explotadas.

No se debe esperar. Es necesario un plan de lucha para acabar con el gobierno golpista y satisfacer las urgencias de las masas trabajadoras.

La Central Obrera (COB), con la adhesión de diversas entidades campesinas y ciudadanas han convocado a una jornada nacional de lucha contra la postergación de las elecciones, para este martes 28 de julio en toda Bolivia.

¿Será este el inicio de un plan de lucha creciente hasta terminar con el golpe derechista?

No parece ser la intención. Hay sectores del MAS que son partidarios de aceptar la nueva postergación. “El MAS Tarija dice estar de acuerdo con la postergación de las elecciones”, tituló Página Siete (24/7). La presidenta masista del Senado, Eva Copa, también ha tenido declaraciones confusas en las que planteó que si el TSE envía un proyecto de ley postergando las elecciones lo trataría, porque no está para “obstruir el funcionamiento de las instituciones”.

Lo que se impone es un plan de lucha para hacer realidad el Fuera Añez y el régimen golpista. Es necesario que en la COB –que en el momento del golpe se plegó a este pidiéndole la renuncia a Evo Morales y ahora ha vuelto al campo de la oposición- se convoque a un congreso nacional y regionales de bases del movimiento obrero, campesino y los movimientos de lucha de las masas para elaborar un programa obrero y un plan de acción hacia la huelga general con cortes y piquetes para derribar a un gobierno en crisis, pero peligroso en sus ataques contra el pueblo.