Brasil: el PSOL explota

La izquierda “a la izquierda del PT” ha entrado en una crisis galopante, si no simplemente terminal. La conferencia electoral del PSOL (el Partido “Socialismo y Libertad”) se reunió, después de dos postergaciones debidas a la crisis motivada por la renuncia (inconsulta y unilateral) a la candidatura presidencial de Heloísa Helena, que obtuvo el 6,5% de los votos en las elecciones de 2006. Heloísa declaró su apoyo a la candidatura ecológico-burguesa (PV) de la ex ministra de Lula, Marina Silva, una línea de apoyo externa de la candidatura oficialista de Dilma Roussef, para el segundo turno. En ese momento, una parte de la dirección del PSOL (sin consultar a la otra parte y, mucho menos, al partido) salió a buscar un acuerdo electoral con el PV. La dirección del PV (incluido el hijo del cacique derechista José Sarney, “Zequinha”, que sigue las huellas de su padre, cuida de las inmensas propiedades familiares en su feudo de Maranhão y representa al eco-feudalismo) rechazó, sin embargo, cualquier acuerdo. La izquierda del PSOL comenzó, entonces, a lanzar precandidaturas alternativas (Plinio de Arruda Sampaio, Babá), lo mismo hizo la derecha del partido, lanzando nombres ignotos. Las tendencias del PSOL favorables a Heloísa lanzaron la precandidatura de Martiniano Cavalcante, con el apoyo explícito de la propia Heloísa, quien -“externamente”- continuaba apoyando a Marina Silva.

Con el partido dividido por la mitad, se reunió en Río de Janeiro, a mediados de abril, la “conferencia electoral”. Así se manifestaba un partido que hizo de la “ética”, el “respeto mútuo”, la “diversidad”, la “libertad permanente de discusión y tendencias”, y todo el bla bla bla correspondiente, su marca distintiva. La disputa obedecería a la impugnación a una parte de los delegados elegidos por parte de 36 de los 61 miembros de la Dirección Nacional (DN). El resto de la DN denunció el “golpe” (olvidando el que ellos mismos dieron al buscar el acuerdo con el PV). Del pugilato resultaron dos conferencias paralelas, al tiempo en que el sitio (www.psol.org.ar) del partido era literalmente secuestrado por la minoría de la DN. 89 de los 166 delegados (recordemos que el congreso “normal” del PSOL reune a 750 delegados) eligieron al veterano (79 años) Plinio de Arruda Sampaio como candidato a la presidencia por el PSOL, con el apoyo de “Babá” (CST), quien retiró su precandidatura.

Heloísa Helena, en otro lugar de la “cidade maravilhosa”, se reunió con 90 delegados para producir una “declaración de la mayoría de los delegados elegidos a la III Conferencia Electoral del PSOL”. En ella denuncian a la otra parte como “vanguardista”, renuncian a lanzar otra candidatura presidencial (algo que Heloísa ya había hecho por cuenta propia), retiran la de Martiniano Cavalcante (que se reveló así como un perfecto forro) y declaran implícitamente que no harán campaña por Plinio (o sea, que harán campaña por el PV, un auxiliar del PT o incluso del PSDB). Al final, denuncian la retirada por la DN del PSOL “de las atribuciones de nuestra presidente nacional Heloísa Helena”, quien, según parece (o parecía), podría actuar como le viniera en gana. En declaraciones a la prensa, Heloísa dijo que “construimos uma casa, y llegó alguien que nada hizo para construirla y la tomó”, en referencia a que Plinio y algunos diputados que lo apoyan (Chico Whitaker, Iván Valente), que se incorporaron tardíamente al PSOL. El bloque “partidario” (bastante disparatado) constituido en torno de Heloísa (candidata al Senado por Alagoas, con grandes chances) reclama también un congreso para retomar el control del PSOL y, sobre todo, devolver las “atribuciones” dictatoriales a “nuestra amada Heloísa Helena” (sic).

La mayoría (o minoría, dependiendo del lado) que la compute, agrupada en torno de Plinio de Arruda Sampaio, lanzó una “carta compromiso de los candidatos del PSOL”. El documento pretende establecer una ética interna -duramente vapuleada. Así, prohíbe que los candidatos esquiven el programa del partido, como lo hicieron Heloísa y otros candidatos del PSOL en las presidenciales de 2006. Subraya que no se deben aceptar donaciones de “personas jurídicas” (empresas) vetadas por el estatuto partidario, o sea, donaciones de “bancos y multinacionales” (lo que deja la puerta abierta para donaciones de “empresas nacionales”, como la del monopolio nacional Gerdau, que bancó con cientos de miles de reales la campaña de la diputada del PSOL por Rio Grande do Sul, Luciana Genro).

En el plano programático, defiende una “economía solidaria y cooperativa”, reivindica algunas nacionalizaciones (ciertamente no la del sistema financiero), sin aclarar si serían compensadas; defiende la suspensión del pago de los intereses de la deuda pública (pero no de la deuda en sí, a la que promete “investigar” mediante “auditoría” sin aclarar si ésta sería realizada por un tribunal obrero y popular independiente o por Price & Waterhouse), propone la “limitación del tamaño de la propiedad rural” (no la expropiación sin pago del latifundio, una vergüenza nacional) y sólo es claro en la defensa del derecho al aborto y su descriminalización (que ya estaban en el programa del PSOL, lo que no impedió a Heloísa Helena condenarlos públicamente, haciendo coro con la jerarquía eclesiástica). También reivindica un “frente de izquierda socialista” con el PSTU y el PCB.

La respuesta del PSTU, que venía haciendo campaña por un frente electoral PSOL-PSTU-PCB, a la crisis y al llamado del PSOL ha sido singular (Opinião Socialista, 21/4). Sin referirse al programa, caracterizó que la crisis (en verdad, explosión) del PSOL se debe a su “modelo de partido” (de tendencias permanentes) al que contrapone el “centralismo democrático” (del PSTU). Se trata de una fórmula que, al margen del programa, es una cáscara vacía, o un burocratismo disfrazado; en cualquier caso, incapaz de abrir un curso para la crisis de la izquierda. El PSTU lanzó la pre-candidatura de Zé Maria (metalúrgico, ex dirigente de la CUT y coordinador del agrupamiento sindical Conlutas), pero proponiendo, a la vez, la reactivación del Frente de Izquierda con el PSOL y el PCB, con la candidatura presidencial de Heloísa Helena (como si ésta pudiera ser la “candidata obrera independiente”, después de declarar su preferencia explícita por una candidatura burguesa).

Sobre el llamado al “frente de izquierda socialista” planteado por el PSOL, el PSTU no se ha pronunciado, lo que significa que no querría abrir una dinámica de ruptura con Heloísa Helena y la derecha catolizante del PSOL. El PCB, que también anunció su propia candidatura presidencial, es un aparatito vacío que nunca rompió con la herencia programática (frentepopulista) del viejo stalinismo y que no tiene el apoyo que tenía éste. En ese vacío político, busca prosperar el “medio campo” por la reunificación del PSOL, que intentan Luciana Genro (la especialista en donaciones de “personas jurídicas”) y Chico Whitaker (diputado, dirigente del Foro Social Mundial y del PSOL, aliado de Plinio de Arruda Sampaio). La reunificación es explicada por Chico Whitaker en función de que Heloísa y Plinio “son ambos cristianos” (sic), o sea, que la unidad del PSOL no estaría dada por la “ética socialista” sino por el Vaticano.

La explosión del PSOL expresa la fenomenal crisis e impasse de la izquierda brasileña y abre la posibilidad de una situación de deliberación política. El congreso de unificación Conlutas-Intersindical previsto para junio (en Santos) estará afectada por esta crisis.