Brasil: Ford en huelga


Los trabajadores de una planta de Ford Motor Co., ubicada en el corazón industrial de Brasil, en los alrededores de San Pablo, en el distrito São Bernardo dos Campos, iniciaron una huelga por tiempo indefinido para protestar contra recortes de empleos. La huelga involucra a 4.300 trabajadores de la planta de Ford, que fabrica camiones y autos, y que comenzaron la medida de fuerza tras el despido de unos 200 empleados. Las ventas de vehículos de pasajeros nuevos han caído más de un 20 por ciento en lo que va del año y las de los camiones pesados se han contraído hasta un 45 por ciento debido a condiciones más dura de crédito y una profunda recesión.


La patronal de Ford se suma a la ofensiva ya declarada por otras empresas del sector. General Motors Co y Daimler anunciaron el mes pasado planes para recortar 800 y 1.500 puestos de trabajo, respectivamente, pero tuvieron que recular ante una dura resistencia de los trabajadores. Los trabajadores de Volkswagen estuvieron de huelga durante doce días y lograron la reincorporación de los compañeros despedidos de su planta, aunque la patronal anunció su intención de proceder a retiros voluntarios y rebajas salariales.


Entre tanto, el sindicato de Petrobras ha ratificado la realización también de una huelga por tiempo indeterminado. Dicha huelga tiene un especial voltaje político, empezando por el hecho de que Petrobras es la principal compañía del país y su plantel asciende a 86.000 trabajadores. Pero, además, porque no sólo rechazan los despidos ya ocurridos y los que están en puerta, sino que se pronuncian contra el plan que tratará el Congreso y que apunta a impulsar la penetración de las multinacionales en la explotación de los hidrocarburos, incluido el copamiento de Petrobras por parte de las petroleras extranjeras. La contrapartida de este plan es la desinversión y el desmantelamiento de la petrolera estatal.


El sindicato acaba de rechazar la tentativa de la patronal de negociar el salario y las condiciones laborales por sector, denunciando que esta fragmentación en las tratativas tiene por propósito promover una diferenciación salarial entre la casa matriz y las subsidiarias de Petrobras. Pero, pese a este a esta nueva ofensiva patronal, la dirección sindical viene dando largas al asunto y demorando el comienzo de la huelga. Lo cierto es que el gobierno viene ejerciendo una gran presión sobre el sindicato, consciente del carácter explosivo que tendría la huelga en medio de una crisis política que raja las paredes.