Brutal persecución contra la izquierda que lucha contra la guerra

Doce dirigentes y destacados militantes del Partido del Pueblo (Rakyat), del Partido Socialista, de la juventud del Rakyat, y de la Asian Workers League (organización simpatizante del Movimiento por la Refundación de la IV Internacional) fueron detenidos por los servicios de inteligencia malayos durante la brutal represión descargada por la policía contra una manifestación organizada por la opositora “Coalición Parar la Guerra” en Kuala Lumpur. Entre los detenidos se encuentran menores y mujeres.


La represión, con gases lacrimógenos y cañones de agua, pretendía impedir una marcha de 4.000 trabajadores y jóvenes hacia la embajada norteamericana. Durante la represión, los servicios de inteligencia (FUR) actuaron directamente para detener a los dirigentes de las organizaciones de izquierda presentes. Muchos de los manifestantes fueron violentamente golpeados.


La marcha opositora, prohibida por la policía, logró reunir una cantidad superior de manifestantes contra la guerra que la “marcha por la paz” organizada por la coalición gubernamental, que convocó apenas 1.500 personas.


Los manifestantes de la marcha opositora denunciaban, además del carácter criminal de la guerra imperialista, el carácter trucho del “pacifismo” del presidente malayo, Mahathir. Mientras se declara “pacifista”, reprime las manifestaciones antiimperialistas y acaba de establecer, junto con los servicios de espionaje de los Estados Unidos, un centro de informaciones “anti-terroristas” en el país. Este centro, denuncian los compañeros malayos de la AWL, “expandirá definitivamente la penetración de los Estados Unidos en las redes de las policías secretas de Asia, y en particular de Malasia, para suprimir todas las fuerzas democráticas y progresivas”.


Al cierre de esta edición, los compañeros malayos detenidos fueron liberados bajo fianza; el proceso judicial contra ellos es por “organizar una manifestación ilegal”.


El Partido Obrero repudia la detención y enjuiciamiento de los manifestantes de la izquierda malaya, y suma sus fuerzas a la campaña asiática e internacional que se desarrolla por el cese del juicio que se les sigue.