Brutal represión en Egipto

Los familiares de las víctimas de la represión y de los 850 muertos durante el levantamiento que derrocó a Hosni Mubarak se enfrentaron con la policía durante toda la noche del martes y madrugada del miércoles de la semana pasada, luego de que las fuerzas de seguridad montaran una serie de provocaciones para luego iniciar una brutal represión.

Los choques comenzaron en la puerta del Ministerio del Interior, donde miles de manifestantes se concentraron para exigir el juicio contra los represores responsables de los crímenes contra el pueblo y el desmantelamiento del aparato represivo heredado del régimen de Mubarak (mientras los militares y policía no son procesados por la represión, hay en curso entre 5 mil y 8 mil juicios militares contra activistas y luchadores populares). La policía dispersó con balas de goma y gases lacrimógenos a los manifestantes que se trasladaron a la emblemática Plaza Tahir para reagruparse. La policía los siguió hasta a ese lugar y, en una provocación sin precedentes desde la caída de Mubarak, intentaron desalojarlos. La resistencia de los manifestantes se prolongó durante horas y horas, con piedras y bombas molotov para defender el lugar emblema de la revolución egipcia. Finalmente, tras casi un día entero de batallas -con un saldo de 80 detenidos y ¡mil heridos!-, la policía logró recuperar la plaza. Sin embargo, la fragilidad del arbitraje del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), que controla el país desde la salida de Mubarak, quedó completamente expuesta. La batalla campal entre los familiares de víctimas de la represión y la policía también terminó de echar por tierra el mito sobre el supuesto “pacifismo” de la revolución egipcia.