Bush y Sharon impulsan una guerra civil palestina

El imperialismo norteame­ricano y el Estado sionista están llevando adelante una enérgica ofensiva para con­dicionar la sucesión política de Arafat. La consigna es que el futuro gobierno sólo podrá aspirar a sentarse a una mesa de nego­ciaciones, si emprende una re­presión enérgica contra su propio pueblo. Los voceros oficiales y oficiosos de Bush reiteran que el próximo presidente de la Autori­dad Palestina debe salir de una elección popular, aun a sabien­das de que esta elección estaría condicionada por la ocupación sionista de los territorios y por el muro de separación. La posibili­dad de que la insistencia en la aplicación del plan electoral y re­presivo desate una guerra civil entre los árabes palestinos es considerada solamente como un mal menor. Un sector, encabeza­do por Dahlan -un oficial de la CIA al que apoyan Bush, Sharon y Mubarak-, se está preparando activamente para zanjar una guerra civil en su favor, e inclu­so para provocarla. Todo indica que los yanquis han puesto un veto a la posibilidad de un go­bierno de coalición entre todas las fracciones árabes palestinas.


Del lado árabe palestino rei­na el puro maniobrerismo; ni si­quiera denuncian o alertan con­tra el pacto egipcio-sionista para el control de la Franja de Gaza por parte de Egipto y los servi­cios de seguridad del sionismo. No existe el menor replanteo es­tratégico que apunte a acabar con el sionismo. Todas las frac­ciones respaldan alguna compo­nenda con el Estado sionista, que sin embargo no está a la vista. Esto ocurre cuando la crisis del sionismo es la más aguda de su historia. Sus proyectos económi­cos (informática para el mercado mundial) están en ruinas y la miseria social es impresionante.


El sionismo no puede garantizar a los judíos ninguna mejora, en tanto dedica sus recursos nacionales a la guerra. La ruina so­cial, ideológica y política del Es­tado sionista no ha inspirado al nacionalismo palestino ningún replanteo político en la vía de la lucha por la afirmación del dere­cho nacional a una República Pa­lestina laica y democrática en to­do el ámbito de su territorio his­tórico.