¿Cae Yeltsin?

Los diarios coinciden en afirmar que una devaluación del rublo en las actuales circunstancias tendría consecuencias económicas catastróficas para Rusia y que provocaría con absoluta certeza la caída del gobierno. En las últimas semanas, se ha plantado en permanencia, frente a la casa de gobierno, ‘una carpa’ de mineros provenientes de Vorkuta, que es incesantemente apoyada por manifestaciones de docentes y de científicos. Reclaman la renuncia de Yeltsin.


Como la burocracia stalinista de Rusia ha elegido hace algunos años el camino del ‘mercado’, nada más lógico que su destino penda ahora del ‘mercado de cambios’ y de la bolsa, es decir de los capitalistas y del capital financiero internacional. Mientras la experiencia del burocratismo de estado logró sobrevivir sesenta años, la del capitalismo no ha logrado sobrepasar la década. En ambos casos, sin embargo, la salida progresista y popular depende de que haya una acción histórica independiente de las masas.


¿Pero puede Rusia sortear la devaluación? En las últimas horas la situación financiera se ha agravado considerablemente, al punto de que el lunes 29 la bolsa de Moscú cayó un 7%, luego de toda una tendencia a caer en picada en las semanas previas. Esto significa que hay una continua salida de capitales. Hasta ahora el gobierno restauracionista hizo frente a este desangre gracias a socorros financieros de la banca norteamericana y alemana, que se efectuaron al margen de las negociaciones oficiales.


El rublo no puede salvarse de la desaparición si se toman en cuenta solamente los factores financieros. Esto por una simple y enorme razón: los compromisos ya concretados de venta de dólares en el mercado futuro (o sea en los próximos días y semanas), por parte de la banca oficial y privada rusa, asciende a los 355.000 millones de dólares; una cifra tres veces mayor que todos los activos del sistema bancario en su conjunto y frente a reservas del Estado que son solamente de 15.000 millones (Financial Times, 25/6).


Para salir al socorro del rublo, que en el mejor de los casos significará una devaluación controlada, el FMI exige el desmembramiento del pulpo gasífero Gazprom, la entidad económica más grande del país, para proceder a entregarlo al capital extranjero; incluso el sector más ‘neo-liberal’ del gobieno ya anunció su total oposición a aceptar este chantage (ídem, 29/6). A partir de esto es posible anunciar que el capital internacional se dispone a aplicarle a Rusia una‘ducha escocesa’ como la que terminó derribando a la moneda, a la economía y al gobierno de Indonesia. El imperialismo aborda la presente crisis mundial con la firme determinación de absorber a los capitales y economías en quiebra y redistribuir otra vez el control del mercado mundial.