¿Chávez acepta un referéndum “trucho”?

Un ala chavista denuncia "traición" oficial

Con el multitudinario acto del domingo 6/6 en Caracas, el chavismo comenzó su campaña hacia el referéndum revocatorio del mandato de Chávez que tendrá lugar en agosto.


Tres días antes, el Consejo Nacional Electoral (CNE) había anunciado que la oposición había logrado “recuperar” las 550.000 firmas necesarias para llegar al mínimo exigido para la convocatoria del referéndum. La oposición había presentado 3,1 millones de firmas pero CNE sólo reconoció 1,9 millones, ya que el resto eran truchas. Bajo la presión del gobierno norteamericano y la OEA, el gobierno venezolano había aceptado habilitar un plazo para su “recuperación”.


Presión yanqui


La oposición cantó “victoria” después del anuncio de la CNE. En todo caso, no se trata de una victoria propia.


El 20 de mayo, cuando todavía no había comenzado la “recuperación” de las firmas, Marcela Sánchez, editorialista del Washington Post, informaba sobre un “cambio en la política norteamericana hacia Venezuela”. “El gobierno de Bush –informaba– está aumentando la presión. Funcionarios del Departamento de Estado están hablando con los editorialistas de la prensa norteamericana, esperando enviarle un claro mensaje a Chávez a través de los diarios: ‘permitan el referéndum o enfrenten las consecuencias’…”. Un diplomático, continúa la editorialista, agregó que “si las cosas no evolucionan de una manera adecuada, verán a Estados Unidos tomar una posición más activa” (The Washington Post, 20/5).


La propia Sánchez, sin embargo, anticipaba que las “presiones” que podría ejercer el gobierno yanqui serían muy limitadas, “considerando sus actuales obligaciones, especialmente en Irak”.


¿“Traición”?


Muchos ponen en duda que la oposición realmente haya reunido las firmas. Un informe presentado por la consultora Bacalao-Consalvi, contratada por la propia oposición, señalaba como “altamente improbable” que se alcanzaran las firmas necesarias (Aporrea, 6/6). Las últimas encuestas, además, indican que la popularidad de Chávez está en el 45%, y en ascenso. Las consultoras que realizan estas encuestas son, todas, antichavistas.


Dentro del campo del chavismo, varios se han “extrañado” de que la oposición, derrotada en el golpe del 2002, en el lock-out petrolero del 2003, y que penosamente logró reunir 1,9 millones de firmas efectivas en varias semanas de campaña, haya logrado “recuperar” 550.000 en apenas un fin de semana. Los Círculos Bolivarianos señalaron, además, que “los locales de recuperación se vieron vacíos durante todo el fin de semana” (ídem).


Un amplio sector del chavismo calificó la “recuperación” como un fraude y se planteó iniciar acciones judiciales para verificar la veracidad de las firmas “recuperadas”. Pero el discurso de Chávez aceptando el referéndum abortó esta iniciativa. Con cierta suspicacia, la BBC (6/6) informa que, por esta vía, “Chávez ha neutralizado a los radicales”. Los mismos Círculos Bolivarianos denuncian que fueron “recuperados” 50.000 muertos.


Dado que el CNE está dominado por el chavismo, las denuncias de un fraude cometido por la oposición apuntan directamente contra el propio gobierno.


En Aporrea (6/6), el chavista Leonecis García se declara “profundamente decepcionado” y denuncia la convocatoria del referéndum como “una traición” del gobierno y del propio Chávez, como consecuencia de “un nauseabundo acuerdo entre los factores reales de poder”. García denuncia que el gobierno no luchó por impedir el referéndum: no se verificaron las firmas “recuperadas”, éstas fueron rápidamente legalizadas y el gobierno comenzó su campaña hacia el referéndum incluso antes de que terminara el período de recuperación.


“Usted (Chávez) y la pequeñoburguesía negociante anidada en los anales del proceso reformista –continúa García–, son los culpables del secuestro sin bala que hoy se le hace al pueblo” (ídem). La denuncia de García recibió una pobrísima respuesta de un defensor de Chávez, también en Aporrea: dice que las denuncias son “inconvenientes” frente a la batalla del referéndum pero no logra desmentirlas; al contrario, dice que “las comprende”.


García denuncia un acuerdo con el imperialismo sobre la política del gobierno hasta el fin de su mandato luego del referéndum: “Es probable que usted sobreviva (pero) no ya como el líder de la lucha de clases contra quienes antagonizan contra el poder constituyente (…) a quienes entrega millonarias cantidades de dólares para pagar la deuda” (ídem).


Todo indicaría que el referéndum ha abierto una diferenciación política dentro del propio chavismo, por lo que su ala más izquierdista y ligada a los movimientos populares caracteriza como una capitulación ante la derecha y el imperialismo.