Chile: el colapso del plan de acción del gobierno frente a la pandemia

UJS Medicina

El 13 de mayo, el ministro de Salud chileno, Jaime Mañalich, anunció para este viernes el comienzo de una cuarentena total para la región metropolitana.



Esto se da en el marco del gran salto que dio la cifra de contagiados por Covid-19 (2.666 nuevos casos) en los últimos días. La cuarentena total para la región metropolitana (región que concentra más del 80% de los nuevos casos) es una medida que hace tiempo viene siendo planteada por lxs profesionales de la salud, quienes temían una crisis sanitaria como la que está viviendo el pueblo chileno en estos momentos.



El gobierno de Sebastián Piñera, en cambio, propuso la implementación de una cuarentena “dinámica”, con casos tan absurdos como que una misma comuna estuviera separada por una simple calle donde de un lado había cuarentena y del otro un sector de libre circulación. En esta línea, el ministro de Salud, con el objeto de garantizar los beneficios de los grandes empresarios, contrarios a la suspensión de actividades económicas, expuso a lxs trabajadorxs, las mujeres, lxs jubiladxs y a la juventud a la diseminación de la enfermedad a tasas descontroladas.



Asimismo, después de un show mediático acerca de la llegada de ventiladores mecánicos, los cuales no son ni una ínfima parte de los necesarios, se abre la pregunta de cómo se capacitará a lxs profesionales de salud en el uso de estos. Tengamos en cuenta que una encuesta que circuló entre lxs profesionales del gremio arrojó que un 80% de ellxs no cuenta con los elementos básicos de protección, siendo la mascarilla una de las mayores carencias.



En un comunicado de Clínicas de Chile (gremial de trabajadores del sector privado), se asegura que se necesitarán por lo menos un 200% más de profesionales. En Chile existe apenas un tercio de enfermeras trabajando en relación a lo recomendado. De 115 mil enfermeras requeridas, apenas hay 34 mil (esta cifra se basa en la recomendación de 8.8 profesionales por cada mil habitantes según la Organización Mundial de la Salud).  En una época de “normalidad”, hay un poco más de 1.000  camas de terapia intensiva en Chile. Ahora, con la crisis, en el mejor de los casos, se necesitarán cerca de 3 mil más en todo el país. Vemos entonces cómo un gobierno que aseguraba estar preparado desde enero para la pandemia, ha demostrado su completa incapacidad.



La condición terminal del sistema de salud chileno no nos habla de una triste circunstancia frente a una de las mayores pandemias de los últimos tiempos. Por el contrario, es la consecuencia de décadas de desfinanciamiento del sistema de salud público, donde se atiende el 70% de la población, favoreciendo los negocios del sistema de salud privado, que cuenta con un presupuesto 64% superior al del sistema público nacional.



Una crisis de esta magnitud, en un pueblo que viene encabezando rebeliones descomunales, pone de relieve la necesidad de una salida inmediata y de raíz donde la salud pública debe ocupar un lugar prioritario.



Fuera Piñera, fuera Mañalich. Centralización del sistema sanitario y formación de un consejo de trabajadorxs de la salud para el manejo de la pandemia en el país. No pago de la deuda externa. Presupuesto para salud pública, incorporación inmediata del personal necesario en todos los hospitales y centros de salud del país. Cuarentena total y comités de seguridad e higiene en los lugares de trabajo y los barrios para garantizarla.