Chile: la movilización popular agrieta al ‘establishment’

Una nueva movilización de cien mil estudiantes en Santiago redobló las exigencias de una educación pública, gratuita y de calidad. Además de la Confech, convocaron a la jornada las organizaciones de los secundarios, Aces y Cones.


El gobierno de Piñera ha enviado al Parlamento un proyecto de reforma tributaria para recaudar, como mucho, 1.000 millones de dólares adicionales para el sistema educativo. Los estudiantes rechazan la reforma, que deja intacto el régimen privatista de préstamos para poder estudiar, y tampoco afecta a la clase capitalista (antes bien, incluye aumento de impuestos sobre algunos artículos de consumo). Gabriel Boric, presidente de la Fech, advirtió además que "los estudiantes no podemos creer en Piñera, en la derecha, en (Michelle) Bachelet, ni en la Concertación. Sería atentar contra nuestra inteligencia, nuestra historia y sentido común" (La Nación, 17/5).


Camilo Escalona (socialista, presidente del Senado) ya anticipó la intención de hablitar el tratamiento del proyecto, aduciendo que recauda 700 millones adicionales para la educación y que "peor es mascar lauchas" (El Mercurio, 29/4). Además denunció que las protestas estudiantiles son ‘manipuladas', en un velado ataque al sector de Boric.


Así como ha resurgido la movilización estudiantil, también el proletariado minero ha vuelto a las protestas. Trabajadores de Codelco bloquearon el acceso a cuatro yacimientos por incumplimientos en los acuerdos firmados tras las huelgas de 2007 y 2008, medidas que constituyen para la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC) "la antesala de un gran paro nacional de la minería" (ABC, 17/5).


Crisis política y giro a la izquierda


La crisis política se ha acentuado a partir de una cruzada del oficialismo contra Bachelet, a la que se da como candidata para una nueva presidencia. En la Concertación, el electo presidente del PPD, Jaime Quintana, hace campaña por un ‘giro a la izquierda' y a "conversar con los nuevos actores que están fuera de la Concertación" (Prensa Latina, 16/5), o sea el PC. Un sector de la Democracia Cristiana (Walker) lo rechaza, mientras que otro (Frei) no lo descarta. Las tensiones políticas al interior de la Concertación podrían conducir a una desintegración de ese bloque político.


El ‘giro a la izquierda' que propicia una parte de la Concertación expresa la impasse de gobierno en Chile, por un lado, y la enorme radicalización de la juventud, por el otro.