Chile: vuelve la movilización estudiantil

Más de 80 mil estudiantes marcharon por las calles de Santiago de Chile, el 25 de abril pasado, en un resurgimiento de las protestas por la educación laica y gratuita, las que conmovieron al país durante 2011. La enorme movilización tuvo lugar dos días después de una nueva oferta del presidente Piñera, en la que se plantea una baja en la tasa de interés de los préstamos a las familias de los estudiantes, se reemplaza la financiación de los estudios de los bancos por el Estado y se relajan las exigencias para obtener becas. Piñera recurre a todo tipo de argucias para mantener la privatización y el arancelamiento educativo. El rechazo del movimiento estudiantil ha sido contundente -en especial luego de la expulsión de cientos de activistas secundarios y de profesores de sus colegios. En la marcha "hubo remeras y banderas con la imagen de Manuel Gutiérrez, el chico de 14 años que murió víctima de un disparo de Carabineros durante una de las marchas del año pasado" (La Nación, 26/4). El nuevo presidente de la Fech, Gabriel Boric, dijo que "no queremos cambiar deuda por deuda".


Piñera combinó la represión con concesiones al movimiento estudiantil durante todo 2011. La actual propuesta se encuadra en esta política: el gobierno quiere desarmar la movilización ante la inminencia de las elecciones municipales y las presidenciales de 2013. La popularidad de Piñera se ha derrumbado a menos del 30%; la imagen de la Concertación democristiana-socialista se encuentra aún más alicaída (20%) -con la excepción de la ex presidenta Bachellet.


Crisis política a dos bandas


La 'reforma' anunciada por Piñera será financiada con un aumento de impuestos a los patrimonios empresarios y a ciertos consumos populares. La iniciativa abrió una división en el bloque derechista oficial. Algunos observadores anticipan una reconfiguración de los dos bloques que han gobernado desde la salida de Pinochet. Se produciría una fractura de la Concertación: la Democracia Cristiana se iría al frente de la derecha y el Partido Comunista se incorporaría a una coalición con el PS. En la derecha, la UDI podría romper sus acuerdos con el partido de Piñera.


Entre la reivindicación estratégica del movimiento estudiantil -el desmantelamiento de la privatización de la educación establecida por Pinochet- y el espectro político existente existe un completo abismo, en el que se incluye una Unidad Popular del PS, el PC y desgajamientos de la Concertación.