China-Brasil: promesas incumplidas


La Folha de San Pablo tituló los acuerdos, de la siguiente forma “Las promesas incumplidas de China en Brasil: el monto asciende a 24.000 millones de dólares”.


El diario paulista destaca que todos son proyectos multimillonarios de capital chino que durante los últimos cinco años fueron siendo anunciados a viva voz, pero que nunca salieron del papel.


Esta cantidad sería aún mayor si se tuviera en cuenta el fiasco con la fabricante de electrónicos taiwanesa Foxconn. En una visita a Pekín en 2011, el gobierno de Rousseff anunció que la empresa invertiría 12.000 millones de dólares, pero la realidad está bastante lejos de alcanzar esa cifra.


En Barreiras (Bahía) un megaproyecto de procesamiento de soja paró en pleno terraplén. En el puerto de Açu (Río de Janeiro) la siderúrgica Wisco desistió de tener una filial en Brasil cuando Eike Batista comenzó a desmoronarse. En el sector automotriz, algunos fabricantes aún no implantaron sus proyectos industriales en Brasil, como es el caso de Lifan, Hafei y Zotye. Otras inversiones acabaron dependiendo del dinero brasileño. En Camaçari (Bahía), donde JAC Motors planea una fábrica de 330 millones de dólares (1.000 millones de reales), la obra se encuentra parada a la espera de un financiamiento estatal de 40 millones de dólares (122 millones de reales).


En Mato Grosso y en Pará, el acuerdo para el financiamiento de una vía férrea está parado desde hace tres años Tampoco se concretó el proyecto de Pekín en el proyecto del tren de alta velocidad entre Campinas y Río de Janeiro, que fue postergado en varias ocasiones.


Otro ejemplo es la noticia de que China levantará el embargo contra la carne brasileña. Introducido en 2012 por temor a la enfermedad de la vaca loca, China y Brasil señalaron en julio pasado que dejaría de regir el embargo a las exportaciones de carne brasileña. Luego volvieron a anunciar lo mismo en diciembre. Ahora prometen que el levantamiento será total a partir del mes próximo.