Combativa manifestación obrera

Durante casi doce horas, una enorme manifestación de más de 40.000 obreros de la construcción de Nueva York se ‘adueñó’ de la ciudad. Ni Wall Street, ni la Onu, ni las grandes multinacionales, ni la mafia; los obreros de la construcción coparon ‘la capital del mundo’ durante medio día.


La manifestación obrera, la más numerosa que se recuerde en muchos años, protestó contra la firma de un contrato entre el municipio y una empresa que no emplea obreros sindicalizados. El alcalde, el derechista Robert Giuliani, que se ha destacado por su empeño en combatir a los sindicatos, impulsa el despido de miles de trabajadores sindicalizados por esta vía.


Por su número y por su combatividad —los obreros mostraron “una belicosidad que hace muchos años no se registraba” (Clarín, 1/7)— la manifestación no tardó en superar los ‘cordones de seguridad’ de la policía, que pretendía impedir que los trabajadores llegaran a la sede municipal. En su camino, los obreros se enfrentaron y superaron a la ‘policía brava’ de Giuliani, famosa por su brutalidad represiva contra negros, latinos, inmigrantes y desocupados. No hace mucho, esta policía fue denunciada por torturar salvajemente a un inmigrante haitiano, introduciéndole una sopapa en el ano mientras le gritaban “¡estos son los tiempos de Giuliani!”.


A ladrillazos y botellazos, los obreros hicieron retroceder a esta policía salvaje. “¡Estos son los tiempos de los trabajadores!”


Con el telón de fondo de las grandes huelgas en la General Motors y una retahíla de conflictos en todo el país, la combativa y masiva manifestación de los obreros de la construcción de Nueva York confirma que la clase obrera norteamericana está entrando en una nueva etapa política.