Constitución europea: El éxito del referéndum español


Los resultados del referéndum español sobre la constitución europea nunca estuvieron en duda; los dos partidos mayoritarios, el Socialista y el Popular, la corona y los sindicatos apoyaban el “sí”.


 


El 76% de los votos a favor de la constitución, sin embargo, no despertó euforias en los despachos oficiales de Europa, porque la abstención alcanzó el récord histórico del 58%.


 


El rechazo fue un 60% superior al promedio nacional en Cataluña y el País Vasco (28% contra un promedio nacional del 17%), las dos regiones que se encuentran discutiendo nuevos estatutos autonómicos, a pesar de que, también “los nacionalistas moderados, llamaron a votar por el sí” ( El País , 21/2).


 


El voto por el “no” fue también muy alto en las zonas de Madrid en las que habitualmente el Partido Popular (derecha) obtiene sus mayores votaciones. El PP responde al ala proyanqui de la burguesía europea.


 


España fue elegida como sede del primer referéndum sobre la Constitución Europea porque es uno de los mayores receptores de los subsidios de la Unión Europea. Ahora vendrán los países considerados “difíciles”, como Gran Bretaña, Polonia, Checoslovaquia e incluso Francia, donde las burguesías y los “partidos oficiales” se encuentran divididos. En algunos de estos países, como Francia, el referéndum sobre la constitución podría desviarse a un referéndum sobre el gobierno de Chirac. El Financial Times (22/2) advierte que los referéndums “lleven a Europa al terreno de lo desconocido”.


 


 


La burocracia sindical, por el “sí”


 


Con el argumento de que “consagra conquistas sociales”, las dos grandes centrales sindicales españolas –la UGT y Comisiones Obreras– llamaron a aprobar la Constitución Europea. José María Fidalgo, de Comisiones Obreras, alegó que garantiza… ¡las vacaciones pagas!


 


No se trata, apenas, de un exabrupto de la burocracia sindical española: Bernard Thibault, secretario general de la CGT francesa, también es partidario del sí, al igual que la burocracia de los sindicatos ingleses.


 


El texto constitucional, contra la opinión de la burocracia, le da a la burguesía europea un conjunto de instrumentos políticos para atacar a las masas. En todo el continente, las conquistas más sustanciales de la clase obrera –desde las jubilaciones y la jornada de trabajo, hasta los subsidios a los desocupados– se encuentran bajo un furioso ataque. El apoyo de la burocracia sindical a la burguesía pone en evidencia su carácter traidor.