Corea Del Sur: Más de 2 millones en la calle contra la presidenta


Más de 2 millones de personas se movilizaron el sábado 3 en Corea del Sur para exigir la renuncia de la presidente en una de las manifestaciones más grandes de la historia del país.


 


La nueva “marcha de las velas” fue la sexta movilización de este tipo contra la mandataria Park Geun-hye, envuelta en un escándalo de corrupción y tráfico de influencias, que involucra también a las grandes corporaciones capitalistas que operan en Surcorea. 


 


La progresión de la convocatoria muestra el impulso decidido del pueblo coreano: “Según los organizadores, 30.000 personas en todo el país asistieron a la primera demostración a la luz de las velas, el 29 de octubre; 300.000 a la segunda, el 5 de noviembre; 1.060.000 a la tercera, el 12 de noviembre; 960.000 a la cuarta, el 19 de noviembre; y 1,9 millones a la quinta el 26 de noviembre.” Las estimaciones del pasado sábado 3 alcanzan a los 2,32 millones de manifestantes.


 


Un nuevo estímulo para la movilización fue el rechazo popular al discurso de la presidente días antes, en el cual declaró que renunciaría si el Parlamento garantizaba una transición ordenada del poder, lo que muchos caracterizan como una dilación a una renuncia que consideran urgente: “Así, ella busca provocar luchas internas en la Asamblea Nacional. Nosotros (el pueblo) no tenemos otra opción que derribar a la presidente por nuestra propia cuenta”, afirmó un joven manifestante a The Korea Herald (3/12).


 


A fines de esta semana debe votarse el juicio político de la presidente, promovido por los partidos de la oposición. La elección se prevé muy reñida, ya que para aprobar el impeachment se requieren dos tercios de la Asamblea Nacional, lo que implica que los partidos opositores sumen votos de legisladores de Saenuri -el partido de gobierno- disconformes con Park. En este cuadro, 20.000 personas se concentraron el sábado 3 en la sede central de Saenuri, exigiendo la disolución del partido.


 


Un alto dirigente de esta fuerza aseguró públicamente que la presidenta expresó su disposición a renunciar en mayo del año próximo.


 


Lucha de clases


 


El rechazo popular va dirigido también contra la Federación Coreana de Industrias y los “chaebols” -enormes conglomerados capitalistas que controlan la economía del país-, implicados también en el escándalo de sobornos y tráfico de influencias (por elevadas donaciones destinadas a las fundaciones de la amiga de Park, Choi Soon-sil).


 


Muchos de estos pulpos se encuentran en la mira también por la violación de derechos laborales. De Samsung, ya denunciado por condiciones semiesclavas (“los empleados, algunos de ellos menores de edad, soportan hasta 100 horas extraordinarias forzadas por mes, trabajo no remunerado, de pie de 11 a 12 horas, abuso verbal y físico, discriminación grave de edad y sexo -Portafolio, 4/12-), recientemente se filtró un documento dirigido a jefes corporativos que instaba a “aislar a los empleados”, “castigar a los líderes” y “provocar conflictos internos” (ídem).


 


Lo cierto es que la actual crisis de gobierno llega al fin de un año convulsionado por las luchas obreras. Durante 2016, el propósito de los capitalistas y su gobierno de imponer una reforma laboral regresiva fue resistido por un reguero de huelgas en el sector público y privado, que incluyó en septiembre el paro de 50.000 trabajadores de Hyundai.


 


Este cuadro conflictivo se encuentra íntimamente ligado a la crisis económica que vive el país, muy marcada en sectores industriales clave como el naviero.


 


Con este panorama, no está garantizado que la gran movilización popular estimulada por la oposición pueda ser controlada por ésta con el juicio político.