Corea: “Hacia la huelga general”

Bajo este título, es analizada y cubierta ampliamente, en la última edición del ‘LabourStart’, una de las principales páginas sobre asuntos sindicales de Internet, la nueva oleada de huelgas y movilizaciones obreras que sacude a Corea desde abril.


Una semana antes, la percepción era de que la “ola de huelgas retrocede” (Financial Times, 27/4), debido a la derrota de la huelga de los telefónicos. La KCTU, una de las principales centrales sindicales del país, había lanzado una “ofensiva primaveral” contra los planes de ‘reestructuración’ —despidos—, impulsados por el FMI y el gobierno centroizquierdista de Corea del Sur. El recule de los telefónicos se manifestó el 1º de Mayo, cuando la KCTU reunió una concurrencia menor a la esperada, 30 mil trabajadores. Aún así, mantenían su huelga los trabajadores navales de la Daewo.


Pero cuando, días más tarde, se sancionó con el despido de 26 líderes sindicales la huelga que mantuvieron durante 8 días los trabajadores del subterráneo de Seúl y se llevó a la justicia una demanda para que todos ellos pagaran “por los daños ocasionados”, la furia obrera estalló redoblada. La KMWF, la federación metalúrgica, anunció la realización de “abandonos de tareas” (a) “lo largo de toda la nación en 116 lugares de trabajo”, entre el 12 y el 15 de mayo, y una gran marcha sobre Seúl. Una ola de huelgas decretaron, simultáneamente, la KHMWU y la KPSU, las federaciones de los trabajadores de la salud y del transporte y de los servicios sociales. Los trabajadores del subterráneo han amenazado con salir nuevamente a la lucha si no se da marcha atrás con los despidos, que superan ya los 200 y las órdenes de arresto sobre sus dirigentes (Korea Herald, 8/5). Si bien la mayoría de las huelgas están planteadas contra planes de despidos, algunas promueven también reivindicaciones salariales. The Economist informa (1/5), que “en lugar de despidos, los sindicatos quieren el reparto del trabajo y la reducción de la jornada laboral de 44 a 40 horas semanales, sin reducción de la paga”. En definitiva, si “las acciones obreras parecieron perder fuerza por algún tiempo, es de esperar (ahora) que éstas tengan un ritmo ascendente las próximas semanas” (Korea Herald, 8/5).