Derrumbe en Wall Street

En las últimas semanas, los más cotizados ‘especialistas’ juraron y perjuraron que la Bolsa de Wall Street ya había ‘descontado’(corregido con anticipación) el efecto que provocaría un aumento de las tasas de interés por la Reserva Federal (banco central) norteamericana. Cuando se repetía, por lo tanto, que no podría esperarse ‘nada malo’ … la Bolsa de Nueva York comenzó una seguidilla de caídas acumulando una pérdida del 5% –equivalente a varias decenas de miles de millones de dólares– sólo en tres jornadas y … “todavía no alcanzó su piso” (Clarín, 1/4).


Aunque los lectores de Prensa Obrera no son especuladores bursátiles, el derrumbe de Wall Street los sorprendió menos que a los más reputados ‘analistas’. Dos semanas atrás, bajo el título “Wall Street: una crisis anunciada” pronosticábamos que “las‘advertencias’ de Greenspan (presidente de la Reserva Federal) … revelan su preocupación por desinflar la ‘burbuja’ antes de que se produzca un estallido catastrófico … pero ésa podría ser, precisamente, la causa que precipite la caída” (nº 531, 20/3). El martes 25, Greenspan anunció el aumento de las tasas y, desde entonces, Wall Street no hace más que caer.


La ceguera de los ‘especialistas’ tiene un contenido de clase: su incapacidad de captar la envergadura de la crisis capitalista, tomada en su conjunto. En el artículo antes mencionado señalábamos que el agravamiento de las condiciones de esta crisis –débil crecimiento productivo global; tensiones comerciales; desequilibrios internacionales, en particular entre Estados Unidos y Japón; sobreendeudamiento de las familias norteamericanas; inflación de una burbuja especulativa montada a partir de la emisión monetaria japonesa con el objeto de salvar a los bancos en quiebra– preanunciaban el estallido de la crisis.


Ahora, que la crisis se manifiesta abiertamente, los ‘especialistas’ se niegan a reconocerla y nos dicen que se trata, apenas, de una ‘corrección’ menor. Resalta, entonces, la solitaria opinión de un comentarista de La Nación (1/4): “el actual proceso bajista excede al mero hecho de una corrección por el aumento de la tasa anunciada el martes último por Alan Greenspan”.


Wall Street arrastró a la Bolsa de Buenos Aires, que cayó 4,5% en sólo una jornada. Con esta caída, se hunden las ilusiones del menemismo en un masivo ingreso de capitales externos para financiar el déficit fiscal y el pago de la deuda externa. Al contrario, la caída de la Bolsa es sinónimo de fuga de capitales (¿adónde van a parar los dólares que obtienen los fondos de inversión externos que se desprenden de las acciones?). Al mismo tiempo, el incremento de la tasa de interés elevará el ya enorme peso de la deuda externa, tanto pública como privada, reforzando las tendencias al estancamiento productivo y a las quiebras.


Estas son las catástrofes que, a cada paso, nos depara el ‘mercado’.