Despidos masivos en Delphi y Airbus


La semana pasada, la empresa estadounidense de componentes para la industria del automóvil Delphi anunció que cerrará su planta de Puerto Real, Cádiz, dejando en la calle a 1.600 trabajadores y liquidando 1.200 empleos indirectos de las industrias auxiliares. El anuncio provocó un verdadero terremoto en las poblaciones de la bahía de Cádiz -Puerto Real, Cádiz, Jerez, San Lúcar de Barrameda-, habida cuenta de la liquidación incesante de puestos de trabajo en esa región con la reconversión de la industria naval de Puerto Real. El anuncio provocó una profunda reacción, no sólo entre los trabajadores de Delphi, sino del movimiento obrero de toda la bahía de Cádiz, y de la población de la zona, incluyendo a los pequeños comercios. La protesta cristalizó en una importante marcha en Cádiz el 1° de marzo, que congregó a 50.000 trabajadores bajo el lema "Por la defensa del empleo en la Bahía de Cádiz", con un cierre completo del comercio en solidaridad con la movilización obrera.


 


A la manifestación concurrieron además trabajadores de Navantia, Airbus, Altadis y Eastman Chemical. Los trabajadores de Delphi en Barcelona, planta de San Cugat, paralizaron ese día el trabajo durante una hora. Delphi tiene además plantas en Pamplona y Zaragoza, que se solidarizaron con el movimiento, al igual que las plantas ubicadas en el Reino Unido, Portugal y Francia. La Junta de Andalucía -gobierno autónomo regional- había negociado con Delphi un paquete de subvenciones de 62 millones de euros y tenía el compromiso de la empresa de que continuaría operando hasta el 2010. La Junta bloqueó la semana pasada una subvención pendiente de 8,2 millones de euros. Las ayudas económicas a la multinacional, de conocimiento público, encresparon aún más los ánimos de los trabajadores de la zona. Las consignas más coreadas durante la manifestación fueron: "Esto es Cádiz, queremos trabajar", "Delphi no se cierra, nos tienen que matar", "Delphi traidora" o "Cádiz, tacita de parados". Consignas que chocaron de hecho con el desatino del alcalde de Puerto Real, José Antonio Barroso, quien propugnó “huelgas de hambre masivas y vigilias ante la embajada de Estados Unidos”, en lugar de llamar a ocupar la fábrica de Delphi en Puerto Real, de la cual la patronal ya ha levantado maquinaria, que fue  enviada a plantas ubicadas en países del Este europeo.


 


La profunda reacción obrera en Cádiz, que ha conmovido a los trabajadores del sector en toda España y en otros países de Europa, tiene profundos lazos con el cierre de las plantas de Volkswagen en Bélgica y las amenazas de mayores recortes de empleo en las plantas de Seat en Martorell, Barcelona, donde el año pasado ya hubo una reducción de 600 puestos de trabajo.


 


El anuncio de Delphi en España, y la reacción de los trabajadores, ha coincidido con el anuncio -el 28 de febrero- por parte de los co-presidentes de EADS (consorcio Airbus) de un plan de reducción de puestos de 10.000 trabajadores. Los presidentes Louis Gallois, de Francia, y Thomas Enders, de Alemania, declararon que se mantienen los planes de reestructuración para reducir costos en 2.100 millones de euros anuales a partir de 2010 según el Sueddeustesche Zeitung. Los “ahorros” se basan en eliminar 5.000 empleos internos y 5.000 externos. Los planes incluyen la venta de tres plantas en Francia y Alemania, y además se incorporarán otros socios a tres plantas más.


 


Los trabajadores de tres plantas de EADS en Alemania, agrupados en el sindicato IG Metall, destinadas a una venta total o parcial, paralizaron su trabajo la semana pasada: se trata de las plantas de Varel, Nordenham y Laupheim. En esta última, 1.000 trabajadores se concentraron contra el cierre. Por su parte, tres sindicatos franceses -Force Ouvriere, CFDT, CGC- convocaron a una huelga de una hora para el martes 6 de marzo, fecha en la que se reúne el consejo de administración de EADS.


 


La respuesta obrera en Francia fue el abandono del trabajo y las protestas en las plantas de Meaulte y St. Nazaire. EADS se propone vender las plantas de St. Nazaire y Meaulte, en Francia, y la de Laupheim en Alemania. Los despidos son 3.700 en Alemania, 3.200 en Francia, 1.700 en Reino Unido, 1.100 en la sede central de Toulouse, y 400 en España. Los trabajadores españoles se concentraron en las plantas de EADS en Andalucía, la semana pasada. El sindicato español Comisiones Obreras se ha comprometido a una movilización de solidaridad con sus compañeros del resto de Europa.


 


Ante la fuerte presión de los trabajadores, la responsable del sector aeronáutico por IG Metall, Jutta Blankau, dijo que el sindicato no aceptará el cierre de plantas y la pérdida de empleos. La virulencia de la reacción de los trabajadores, en una empresa que se ha llenado la boca durante años recientes con su eficacia comercial y por haber tomado la delantera a su principal competidor internacional, Boeing de Estados Unidos, ha despertado suficiente inquietud entre los lander del Estado federal alemán como para que éstos se hayan propuesto entrar en el capital de las plantas amenazadas en sus regiones para intentar paliar la crisis social que se insinúa a caballo de los “ahorros” patronales.


 


La intersindical de EADS-Airbus planifica una movilización en toda Europa en el plazo de dos semanas. Los sindicatos franceses han conminado a la dirección de la empresa a una reunión esta semana. Sin embargo, los dos presidentes de la empresa, que ha bautizado a este plan de liquidación de trabajadores "Power8", no están dispuestos a dar a torcer su brazo.


 


En este contexto, la fuerza de la reacción de los trabajadores en las plantas amenazadas contrasta fuertemente con los plazos de las medidas de fuerza, y la escasa profundidad de las mismas, que quieren imponer las direcciones sindicales. Salta a la vista que tanto los sindicatos franceses como IG Metall están estructurando medidas de lucha aisladas en un intento por negociar el plan Power8 con la dirección de la empresa. Por el contrario, los trabajadores de las plantas han ganado la calle e intentaron paralizar el trabajo en Francia y Alemania.


 


La rápida reacción de los trabajadores de Cádiz indica que la movilización obrera inmediata y la oposición terminante a los cierres y a las reducciones de empleo es el camino tanto para impedir el cierre de Delphi como para frenar los planes de EADS.