Dinamarca derriba símbolo del Día Internacional de la Mujer


En vísperas del 8 de marzo, el ayuntamiento socialdemócrata de Copenhague, Dinamarca, ha comenzado a demoler el edificio donde, en 1910, la Conferencia Socialista Internacional de Mujeres, proclamó, a propuesta de Clara Zetkin, el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora.


 


El Ungdomsuset (Casa de la Juventud) es hoy uno de los más importantes puntos de encuentro político y cultural de los jóvenes izquierdistas de toda Europa. Pero además es parte de la historia del movimiento obrero y socialista mundial. Desde fines del siglo XIX, el Ungdomsuset fue el punto de reunión de los sindicatos obreros de Copenhague. Allí Lenin se dirigió a los trabajadores daneses por primera vez en el transcurso de la Conferencia Socialista Internacional de 1910, de la que participaron también Trotsky, Luxemburgo, Bebel, Jaures y la plana mayor de la II Internacional.


 


Durante la II Guerra Mundial, el Ungdomsuset fue una de las bases clandestinas de la resistencia contra el nazismo: a 50 metros de ella se organizó la primera barricada de la guerrilla danesa. En una de las salas demolidas el 5 de marzo, ondeaba la bandera republicana española, en recuerdo de los 800 brigadistas internacionales daneses que participaron en la Guerra de España y fueron más tarde la vanguardia de la resistencia antinazi en Dinamarca (www.rebelion.org). Es la historia que trata de borrar a fuerza de demolición y salmos la socialdemocracia danesa.


 


El Ungdomshuset está situado en el barrio Nørrebro, un barrio de obreros e inmigrantes donde vivió Lenin durante su exilio en Dinamarca. Ocupado desde hace más de dos décadas por jóvenes de la Alianza Roja y Verde a partir de un convenio con el Ayuntamiento, éste decidió venderlo a una secta fundamentalista protestante, La Casa del Señor, conocida por su prédica racista y por propiciar la expulsión de los inmigrantes. Miles de jóvenes protagonizaron una semana de violentas manifestaciones y franca batalla campal con la policía en Copenhague, que dejó más de 700 manifestantes presos, 197 de los cuales permanecen detenidos. Las protestas en Copenhague fueron acompañadas por manifestaciones de adhesión de jóvenes en otras ciudades europeas, principalmente en Alemania. Durante 2006, jóvenes y obreros daneses han hecho las más importantes movilizaciones en 20 años (100.000 personas) contra el intento del gobierno de imponer un “salario de inicio” a los jóvenes e inmigrantes, de aumentar la edad jubilatoria y de recortar los subsidios a los estudiantes y a los desocupados. Algo huele a podrido en Dinamarca: es el tan elogiado capitalismo de rostro humano.