Ecuador: La derecha, como en Santa Cruz

Si en Santa Cruz, Bolivia, la oposición derechista tiene su símbolo en la divisa blanquiverde de la “autonomía” cruceña, en Guayaquil, Ecuador, la oligarquía hace flamear la bandera de una potencia extranjera: la amarilla y blanca del Vaticano. La derecha ecuatoriana tiene su centro organizativo en el obispado, en la Conferencia Episcopal.

Ecuador votará la semana próxima en un referendo para aprobar o rechazar la nueva Constitución impulsada por el presidente Rafael Correa. La Iglesia, en violación del tratado firmado en 1937 por Ecuador y el Vaticano -prohíbe a la jerarquía eclesiástica inmiscuirse en los asuntos de la política nacional-, rechaza el texto constitucional por considerarlo “favorable al aborto, al matrimonio entre homosexuales y a la concentración de poder en el presidente” (Ambito Financiero, 15/9).

Eso no es así. La nueva Constitución nada dice del aborto ni del matrimonio entre personas del mismo sexo. Simplemente no los condena y a los curas les resulta intolerable esa ambigüedad.

Las razones, por supuesto, son otras y deben buscarse, por ejemplo, en la firma de un convenio energético entre Ecuador e Irán, y en la decisión ecuatoriana de construir una refinería y una unidad petroquímica con participación iraní y venezolana, lo cual ha provocado la furia de Washington. También en una serie de medidas que tomó Correa para asegurar mayor control estatal de la economía, aunque el presidente se ha cuidado mucho de promover nacionalizaciones de compañías energéticas, incluso dentro de los límites de las bolivianas y venezolanas. Sin embargo, al cierre de esta edición, Correa protagonizaba un fuerte enfrentamiento con el pulpo brasileño Oderbrecht.

Si en esa ciudad se impone el No en el referendo, “tendremos en Guayaquil una nueva Santa Cruz”, declaró Correa (Página/12, 16/9). Guayaquil es la segunda ciudad ecuatoriana y el principal puerto del país.

Además, Correa denunció que los “pelucones” (como “gorilas” en la Argentina y Bolivia, “escuálidos” en Venezuela o “momios” en Chile) de Guayaquil tienen contactos fluidos con la derecha cruceña y ésta, a su vez, con los antichavistas de Zulia, en Venezuela.

Como se ve, ciertas franjas de la reacción latinoamericana tienden a agruparse en torno de sus expresiones extremas, las más concentradas. Detrás de ellos vienen las sotanas y la camarilla de Bush.