En Estados Unidos, la situación política es un polvorín. Mientras siguen creciendo las puebladas nacionales contra el crimen racial de George Floyd y el desempleo crece galopante, les trabajadores de la salud libran una batalla contra la propagación del coronavirus y contra el gobierno de Donald Trump, que beneficia al lucro privatista de la salud y desfinancia a los hospitales, mientras casi dos millones de personas dieron positivo y otras cien mil han fallecido.

El 28 y 29 de mayo, les enfermeres de quince sedes del HCA Healthcare volvieron a manifestarse para exigir el inmediato abastecimiento de equipos de protección personal (EPP) y contra los despidos y suspensiones del sector, que ocurren en el pico de los contagios y cuando los hospitales, para colmo, colapsan justamente por su falta de personal. Las protestas tuvieron lugar en seis Estados y fueron convocadas desde National Nurses United (NNU), sindicato que nuclea unos 23.000 trabajadores y, al clamor de sus bases, viene protagonizando todas las luchas de les trabajadores de la salud. Un reciente relevamiento del sindicato asegura que 500 enfermeres dieron positivo en Covid-19, 600 hace varios días que esperan los resultados y a les demás directamente no les han hecho pruebas.

Según el HCA hay una falta de presupuesto. Pero, ¿a dónde se destinaron los 700 millones de dólares del fondo de rescate del gobierno? Nada se sabe; por lo pronto, el personal tiene que reutilizar sus barbijos y reducir la atención a cada paciente.

En mayo, se viralizaron dos videos de enfermeras que relatan el calvario diario y la negligencia estatal. Su situación expresa la situación general de les trabajadores de la salud, ya que tanto doctores como enfermeres han perdido sus puestos de trabajo o han sido suspendidos, con recortes salariales en todos los escalafones. Según un artículo de la BBC (6/5), muchos acudieron de manera obligada a la telemedicina para poder percibir ingresos. “Estos grandes grupos médicos corporativos tienden a manejar estos hospitales de una manera muy austera porque, sinceramente, están mucho más preocupados por las ganancias que por los pacientes”, declara Jane Jenab, especialista en medicina de urgencias de Colorado.

Para preservar las vidas por sobre las ganancias, que el sistema sanitario sea gestionado por sus trabajadores.