EEUU: De la crisis hipotecaria a la crisis política

Bush anunció un plan de ayuda de deudores hipotecarios, que fue ideado por el secretario del tesoro Henry Paulson y “los inversores y empresas de hipotecas” (Financial Times, 9/12). Un analista dice que “no es un rescate gubernamental (a los deudores) sino un plan organizado por la industria de los prestamistas” (The New York Times, 7/12).


El plan se propone congelar por cinco años la tasa de interés de alrededor de dos millones de créditos hipotecarios. Estos créditos tienen un período inicial (de alrededor de dos años), de tasas de interés bajas (la llamada “tasa seductora”); luego, suben bruscamente.


“La mayoría de los analistas concuerda en que es una solución adecuada en algún aspecto”. Habitualmente los inversores pierden el 40 ó 50% del valor de los créditos otorgados en casas que van a desalojo; el costo del congelamiento de las tasas de interés “puede ser mucho menor” (ídem).


Los deudores que podrán entrar al plan serán elegidos por los propios acreedores. Si aceptan entrar, los acreedores consolidarán la deuda con la tasa acordada.


El default de los deudores


La caída libre en el precio de las casas agrava la situación de los deudores; incluso después del desalojo, las familias quedan endeudadas.


“A fines de 2006, había unos 3,5 millones de propietarios sin capital o con capital negativo (endeudado), (aproximadamente el 7% de los 51 millones de propietarios de casas hipotecadas). Para el fin de 2007, ese número aumentará a unos 5,6 millones. Si los precios (de las viviendas) caen otro 10% adicional, en 2008, el número de los propietarios sin capital aumentará a 10,7 millones (…) los propietarios con poco o ningún capital son vulnerables a eventos negativos: les será difícil vender sus casas y no pueden endeudarse (poniendo su casa como garantía) ante necesidades de emergencia” (The Washington Post, 5/12).


Pero el panorama puede ser todavía peor: según el gerente del mayor fondo de bonos de Estados Unidos, “los precios de las viviendas pueden caer hasta el 30% hasta el 2010” (Bloomberg, 6/12).


Los deudores en problemas saltaron la cerca de la vivienda. “Los retrasos en préstamos de autos aumentaron al más alto nivel en varios años. Estos préstamos, como las hipotecas, también han sido usados (por los prestamistas) para respaldar bonos vendidos a inversores alrededor del mundo. Sólo en 2006, 89.000 millones de dólares en préstamos de autos fueron ‘empaquetados’ para usarlos como garantía de bonos” (The Wall Street Journal, 6/12).


Desde octubre, la morosidad de las tarjetas de crédito también está en aumento. Bajo el título de “La bomba de 915.000 millones en la billetera de los consumidores”, Fortune (30/10) dice que “los norteamericanos tienen el récord de deuda y que los bancos comienzan a transpirar con la suba de las tasas de default”.


El lobby de la deuda, protesta


“El plan George W. Bush puede ser un remedio que engendre otra enfermedad (…) Si el gobierno ‘cambia los contratos’ esto tendrá un efecto de ‘enfriamiento’ en el mercado de hipotecas (…) El plan obligaría a inversores de un mercado de 6,3 billones de dólares de bonos para préstamos de vivienda a devaluar sus tenencias”. Esto lo dicen los voceros del American Securitization Forum, el grupo emisores de bonos avalados con hipotecas.


Acusan a Bush de modificar la “santidad” de los contratos, lo que reducirá el crédito y generarán miles de juicios por miles de millones de dólares.


Por su parte, los analistas de Wall Street “no se entusiasmaron” con el plan porque “seguramente tendrá resistencia en los inversores de valores respaldados por hipotecas” (The New York Times, 7/12)


Todos con Bush


La magnitud de la crisis de las hipotecas llevó el tema a la campaña electoral. La organización de los deudores crece y muestra un desarrollo político. En sitios como www.housingpanic.com se reúne información sobre la crisis de la vivienda y se vuelcan opiniones críticas sobre el gobierno y sus iniciativas.


Fue esto lo que obligó a Bush a dar una respuesta. Los candidatos demócratas apoyaron su plan. “Además de la propuesta de 90 días de moratoria para los desalojos para los deudores hipotecarios, la propuesta de la candidata Hillary Clinton no parece diferir sustancialmente del plan de la Casa Blanca” (Financial Times, 6/12).


Otro senador demócrata, Chuck Schumer, dijo que el congelamiento de tasas fue “un buen primer paso” (ídem).


“La inevitable consecuencia es que el gobierno tiene ahora el problema, en una forma que antes no tenía. Si la baja de los valores de las casas empeora, como parece ser el destino (…) cada desalojo será una confirmación del fracaso del plan, y del fracaso del propio gobierno” (Financial Times, 9/12).


La crisis de las hipotecas ha desatado una crisis política.