Egipto en rebelión

El viernes 8 de julio, doscientos mil egipcios coparon nuevamente la Plaza Tahir (Liberación), para reclamar contra el continuismo que exhibe el régimen del derrocado presidente Mubarak y por el juicio a los responsables de la represión contra la movilización revolucionaria de febrero pasado.

La movilización, que tuvo lugar también en Alejandría y Suez, se realizó una semana después de la violenta represión de las fuerzas de seguridad contra los familiares de las víctimas de la represión de febrero, que reclamaban el juicio y castigo a los culpables. En Suez, siete oficiales de policía habían sido absueltos del cargo de asesinar a manifestantes durante la revolución. En Alejandría, se había aplazado nuevamente el juicio por la muerte de un joven apaleado por la policía, que muchos consideran uno de los detonantes del levantamiento de enero. También fueron liberados tres ex ministros de Mubarak que habían sido acusados por malversación de fondos. Pocos días después, el antiguo ministro del Interior, Habib el Adly, pidió el aplazamiento del juicio que se lleva en su contra por la muerte de 846 manifestantes. En varios de estos casos hubo incidentes con manifestantes luego de conocerse las resoluciones judiciales. De todas las causas abiertas por la represión durante la revolución, sólo hay una condena a un oficial de la policía que, sin embargo, ¡se encuentra prófugo! Mientras tanto, alrededor de diez mil personas se encuentran detenidas desde el levantamiento popular, sometidas a proceso de juicios militares, en los términos de una ley de emergencia dictada por Mubarak hace treinta años.

La enorme movilización del viernes dejó en claro que el espíritu revolucionario permanece en las masas y puso de manifiesto el repudio al jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSAF), Hussein Tantaui, calificado como “el perrito faldero de Mubarak” por el mismo imperialismo yanqui. Los Hermanos Musulmanes (HM) respaldaron la protesta, luego de abstenerse e inclusive criticar las movilizaciones anteriores por “retrasar” la convocatoria a elecciones. La realización de las elecciones podría garantizar a los HM el control del parlamento, dado su poderoso aparato clientelar. A pesar de encabezar las encuestas, los HM no superan el 15% de intención de voto. Mientras tanto, los restos del Partido Nacional oficial no encuentran rumbo, detrás de la candidatura de un millonario que no levanta. También se han fundado una amplia gama de partidos liberales y de centroizquierda que, sin embargo, “pueden desaparecer de una semana a la otra”, como señaló un observador.

La fundación de un partido de trabajadores incipiente, con base en algunos sindicatos independientes del gobierno, es quizás una de las novedades más interesantes de la situación política.

Elecciones

Frente a este escenario, la Junta Militar postergó los comicios para fin de año e intenta pilotear la situación social con una serie de concesiones. Sin embargo, la crisis económica se agrava por la caída vertiginosa del turismo. El CSAF decidió rechazar, finalmente, los préstamos multimillonarios del FMI y el Banco Mundial, debido a la imposibilidad de aplicar ajustes y planes de privatización. Recientemente, han tenido lugar movilizaciones de obreros por la renacionalización de las empresas privatizadas en la era de Mubarak, y continúan las huelgas y paros. “Hay asambleas laborales permanentes en las empresas”, explicaba el diario El País. La profunda tendencia a la rebelión de las masas egipcias amenaza con sepultar a la cúpula castrense y abrir, definitivamente, una nueva etapa de la revolución.