El congreso del P-Sol se corrió un poco más a la derecha

Del 7 al 10 de junio se realizó, en Río de Janeiro, el I Congreso del P-Sol (Socialismo y Libertad), que se formó luego de la escisión del PT durante el primer gobierno de Lula. En las elecciones de 2006, el P-Sol presentó la candidatura de Heloísa Helena, que obtuvo más de 6 millones de votos (casi 7%), aunque los resultados para gobernadores y parlamentarios fueron muy inferiores.


En el Congreso, que reunió a 745 delegados, se presentaron nada menos que 13 tesis, correspondientes a 13 tendencias declaradas (hay otras). Explicar cada una de ellas exigiría establecer un árbol genealógico de la izquierda brasileña, por lo menos. Heloísa Helena no pertenece a ninguna corriente, luego de haber abandonado el SU de la IV Internacional, que es una de las “trece”. Heloísa fue elegida, por unanimidad, presidenta del partido, o sea que “reina” por encima de la atomizada realidad del P-Sol. Como se supone que el cargo no deberá ser decorativo, esto significa que el P-Sol se ha iniciado con los peores vicios caudillistas del PT, con la desventaja de que Heloísa no representa a ningún sector social activo.


A la larga exposición de cada una de las tesis no siguió ningún debate; el congreso consistió, básicamente, según caracterizó una de las corrientes minoritarias, en “largos cuartos intermedios”. Las delegaciones internacionales, abundantes, ni siquiera pudieron hablar (Orlando Chirino, dirigente de la UNT venezolana, sólo consiguió hacer uso de la palabra en una sesión reservada, extraoficial). El tiempo fue dedicado a componendas de bastidores para la confección de listas para la elección de la dirección. El Congreso exacerbó el régimen de camarillas que caracteriza a la izquierda brasileña.


Hubiera habido mucho que discutir, sin embargo. Alternativa Socialista (ligada a la Izquierda Socialista argentina) caracterizó, en su tesis, las posiciones de la mayoría del P-Sol (compuesta por la tendencia morenista MES, de la diputada Luciana Genro —ligada al MST argentino—, y por la APS del diputado Ivan Valente) en los siguientes términos: “rebaja programática autoritariamente impuesta al P-Sol desde las elecciones de 2006, que sustituye el programa de rupturas progresivas, apoyadas en la movilización popular y orientadas por una estrategia socialista, por un programa nacional-desarrollista en los marcos de la Constitución y del régimen político-jurídico del capital, descartando la viabilidad de una estrategia socialista para salir en defensa de la ilusoria ‘democratización de la democracia’ en el marco del capitalismo dependiente”. O sea que acusa a la mayoría de ser una tendencia simplemente burguesa, a la cual le adjudica “una política de alianzas basada en la construcción de un ‘frente anti-neoliberal’ con sectores y partidos burgueses”.


En cuanto al régimen interno del partido, la misma tendencia condena “radicalmente las prácticas y métodos burocráticos, autoritarios, anti-socialistas y anti-democráticos que están siendo empleados en la construcción del P-Sol, (que) impidieron que las instancias de base y dirección fuesen democrática y orgánicamente constituidas y respetadas”. Casi nada.


Las tesis mayoritarias, por su lado, hacen una defensa a rajatablas de Chávez y del nacionalismo burgués (fiscal) latinoamericano. El programa planteado por el P-Sol en 2006, redactado por su candidato a vice, Cesar Benjamin, también era bolivariano y hacía eje en la necesidad de operar en Brasil una devaluación de la moneda y una baja de las tasas de interés. (Benjamin, después de la elección presidencial, se alejó del P-Sol y acabó vituperándolo en público sin la menor contemplación.)


Tras la perorata de sordos que fue la exposición de las tesis, y después de un monumental cuarto intermedio, el congreso del P-Sol fue directamente a los bifes, o sea, a la elección de la dirección. Esto tiene una importancia particular ahora, porque la reforma política que está por aprobar el Congreso Nacional brasileño autoriza a las direcciones de los partidos a establecer de antemano los candidatos “elegibles”.


Las 13 tesis se agruparon en 4 listas. La mayoritaria (una componenda con Heloísa Helena, Luciana Genro, Ivan Valente y lo más granado del oportunismo) obtuvo 467 votos (64%); la “izquierda” (varias tesis, encabezadas por la Alternativa Socialista), 174 votos (23%); la tendencia del SU, para variar “en el medio”, 78 votos (12%). Esto significa que el SU, que al inicio del gobierno Lula se presentaba como la alternativa de izquierda en el PT (y su gobierno), ha quedado reducido a una expresión insignificante en el interior de un partido surgido a contramano de su política.


La integración del P-Sol a la institucionalidad burguesa marcha a mayor velocidad que la que tuvo que emplear en su momento el PT. A las tendencias y grupos de izquierda del P-Sol se les plantea el desafío de construir una alternativa revolucionaria o asistir, desde el balcón, a una nueva frustración política.