El crimen de Ahmaud Arbery en Georgia muestra la violencia racista del régimen yanqui

El 23 de febrero, Ahmaud Arbery fue asesinado de tres balazos en el estado de Georgia. Tenía 25 años e iba desarmado. Su asesinato fue una incógnita hasta el 5 de mayo, cuando se viralizó un video con sus últimos minutos de vida (Democracy Now, 6/5).


En el video aparece Arbery trotando de espaldas hasta ser interceptado por una camioneta. Allí, se identifica a dos hombres blancos: Travis McMichael, con una escopeta en la mano, y a su padre Gregory, ex jefe de policía, también armado. Segundos después, se oye el primero de los tres disparos que produjeron la muerte de Arbery, según determinaron las autopsias.



La policía mantuvo este material oculto durante semanas. Mientras tanto, se intentaba imponer que Arbery no fue asesinado por negro, sino por un enfrentamiento “de justicia por mano propia”, ya que era sospechoso de un supuesto robo en el vecindario. Pero no lo lograron: dos días después de la viralización, Travis y Gregory McMichaels fueron arrestados y acusados de asesinato y asalto agravado. La madre de Arbery, Wanda Cooper-Jones, declaró a CBS News que el video “prueba que mi hijo no estaba cometiendo un delito. Salió a correr diariamente y fue perseguido como un animal y asesinado".


En la tarde del 5 de mayo, se organizó una caravana en Satilla Shores, con la consigna “corramos por Maud”, exigiendo al gobernador republicano, Brian Kemp, que la legislación de Georgia garantice una carátula específica para los crímenes de odio. Kemp informó en un comunicado de que “las conversaciones sobre la legislación ya están en marcha”, y que trabajarán en el proceso para discutirla “cuando la Asamblea General se vuelva a reunir” en junio (El País, 8/5). Además, se despertó un repudio general luego de que el basquetbolista, LeBron James, denunció el racismo desde su cuenta de twitter.




La represión sistemática de las minorías negras y latinas es una marca estructural del estado norteamericano. La continuidad regular e incluso el crecimiento de estos crímenes bajo el gobierno de Barack Obama llevaron a una enorme decepción pero también a un activismo renovado que se expresó en el movimiento Black Lives Matter. Desde la asunción presidencial de Donald Trump en 2017, los crímenes de odio aumentaron un 28% (France 24, 5/11/2019). Las políticas anti migratorias de Trump van en consonancia con el aumento de los grupos supremacistas, que solo en 2019 produjo 250 balaceras en espacios públicos. Esta brutalidad ha dado lugar a un ciclo renovado de movilizaciones antirepresivas y antiracistas, como por ejemplo los levantamientos de Ferguson contra el asesinato de Michael Brown.