El juicio a Mubarak, un revulsivo en la revolución

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La condena a prisión perpetua contra el dictador derrocado, Hosni Mubarak, y su ministro del interior, Habib al Adlim, por la muerte de 846 manifestantes durante la revolución de febrero que terminó con su régimen, no alcanzó para capear los ánimos populares frente a la absolución de otros seis altos funcionarios del régimen y de los dos hijos de Mubarak. Apenas conocido el fallo, decenas de miles salieron a la calle en las principales ciudades para reclamar la pena de muerte para el dictador, la renuncia del fiscal general y la realización de 'juicios revolucionarios' contra los antiguos miembros del régimen, según señaló el Daily Egypt News.


En esta línea, los manifestantes reclamaban también la remoción de Shafik del ballotage, por considerar que debería ser juzgado él también. De esta manera, el fallo se convirtió en un elemento adicional de la enorme crisis política que vive la 'transición'. La Hermandad Musulmana participó activamente de las protestas y su candidato, Mursi, fue uno de los más enfáticos agitadores de la jornada, reclamando la pena de muerte para Mubarak.


Semejante pirotecnia verbal sólo puede explicarse frente a la necesidad de la HM de utilizar la movilización popular como una extorsión contra el establishment militar. Pero ni uno ni otro han logrado contener el proceso revolucionario. Las enormes movilizaciones contra el fallo, así como las protestas menos numerosas, pero significativas por el boicot al ballotage, dejaron descolocada a una parte de la llamada 'izquierda revolucionaria' en Egipto; Socialist Worker, por ejemplo, llamó a votar a la HM por un 'gobierno de unidad nacional' para enfrentar al mubarakismo. Esto ha producido una severa crisis en sus filas y abrió un proceso de deliberación entre las organizaciones de izquierda frente a la posición a tomar en el ballotage. Una parte de ellas, como el ex candidato laborista Khalid Alí, llama a boicotearlo.