El MAS no reclama que se vaya Goñi

El 10 de octubre, a tres semanas de comenzada la pueblada, los militantes del MAS repartían en La Paz un volante. En el mismo no se plantea la consigna, que a esa altura, se había convertido en el centro político de la movilización popular: que se vaya Sánchez de Lozada, entregador y asesino del pueblo.


El volante del MAS decía lo siguiente: “Si (Sánchez de Lozada) no recupera el gas de manos de las transnacionales, que renuncie irrevocablemente a su mandato presidencial y dé curso a la sucesión presidencial” (reproducido por Econoticias Bolivia, 11/10). El planteo del MAS es la continuidad del régimen político e, incluso, la del propio Sánchez de Lozada.


Para reforzar la idea de que el MAS no reclama el derrocamiento del Goni por parte del pueblo movilizado, a renglón seguido el volante agrega: “Iniciar un proceso de debate nacional encaminado hacia la refundación o reconstitución del país y que confluya en la convocatoria y realización de una Asamblea Constituyente donde nos sentemos frente a frente y tomemos una decisión histórica respecto a nuestro destino”.


En otras palabras, la política que propugna el MAS es que el pueblo no derroque a Goñi, que disuelva la pueblada, que se vuelva a su casa, que se chupe que siga gobernando un entregador asesino, para que recién entonces, comience el “gran debate nacional”. El pueblo salió a la calle porque ya no quiere “sentarse frente a frente” con Goñi, los represores y los entregadores: quiere terminar con el régimen de entrega que el MAS defiende.


La no participación del MAS en la lucha


Evo Morales estuvo en el exterior hasta el 6 de octubre; ni la pueblada iniciada el 19 de septiembre ni las masacres lograron “apurar” su regreso. Mientras Morales estuvo en el exterior, el MAS no se sumó a la lucha.


Pero con el regreso del diputado y dirigente cocalero, las cosas no cambiaron; el MAS siguió al margen del enorme torrente de lucha popular. Así lo deja en claro la propia prensa boliviana.


“Los cocaleros de Evo Morales no habían participado hasta ahora, por lo menos efectivamente, en la lucha popular emprendida por campesinos, mineros y trabajadores del occidente, a la que parecen sumarse todos” (Econoticias Bolivia, 12/10).


“En el Chapare, en el centro de Bolivia, el bloqueo de caminos aún es esporádico, al igual que los cortes de ruta en el valle por los campesinos leales a dirigentes ligados al MAS. Hasta ahora, la participación de los cocaleros y campesinos ha sido mínima, lo que ha generado muchas críticas sobre Morales. Otros cocaleros, mucho más radicales, los de Yungas de La Paz, tienen cortado totalmente otro de los accesos principales a la sede del gobierno hace dos semanas” (Econoticias Bolivia, 13/10).