El movimiento obrero chileno se rearma

Es necesario que el sindicalismo clasista y la izquierda revolucionaria levante un bloque de unidad para preparar una gran movilización que encarne un paro nacional por la agenda de la clase obrera y por una salida propia e independiente frente al agravamiento de la situación de los trabajadores provocada por la crisis capitalista.

Partido Obrero Revolucionario - Chile


Resumimos, para los lectores de Prensa Obrera, las partes salientes de “Crisis económica, ajuste, crisis política y un movimiento obrero que se rearma”, declaración del Partido Obrero Revolucionario de Chile, del 22 de junio. La nota completa puede leerse en https://www.facebook.com/notes/partido-obrero-revolucionario/crisis-econ%C3%B3mica-ajuste-crisis-pol%C3%ADtica-y-un-movimiento-obrero-que-se-rearma/1706946052890473


 


La crisis capitalista está poniendo de manifiesto los límites insuperables de los gobierno de corte frentepopulista -o de “centroizquierda” como les gusta autonombrarse- que en su actual y más reaccionaria versión encarna el gobierno de la Nueva Mayoría.


 


Mientras se invocaba durante estos años, un modelo de “crecimiento con justicia social, se agravó la precarización económica nacional y la desindustrialización del país. Del boom del cobre, las masas sólo recibieron la carestía de los alimentos y los servicios, la precarización laboral, una escandalosa confiscación indirecta de salarios por la vía del pago de servicios privatizados y por la apropiación capitalistas de los ahorros jubilatorios una agudización de la polarización social.


 


Ahora, Chile ha recibido de lleno el impacto de la bancarrota capitalista. Estamos ante una etapa de derrumbe del gobierno que hunde sus raíces en el hundimiento económico del país. La tendencia a la baja de los precios internacionales de las materias primas, producto del avance de la crisis china, acorta el espacio de maniobra del gobierno de cara a la crisis.


 


Despidos y luchas


 


Los despidos se están masificando en el sector privado con efectos desastrosos en empresas como Aguas Andinas, Cencosud y Falabella, al igual como lo hemos visto en la industria del cobre en el norte y en la salmonera del sur. Sólo en Santiago, las tasas de desempleo han alcanzado un 9,8%, con muchas comunas periféricas donde el alza de los desocupados llega a los dos dígitos.


 


La reciente lucha librada por pescadores, trabajadores y cesantes del sur es importante de resaltar, dado que dejan de manifiesto importantes conclusiones políticas de la nueva etapa de la lucha que se abre en el país (…).


 


Esta se suma a las luchas que han librado el sindicalismo clasista de diferentes ramas como los son los subcontratos del cobre, forestales, docentes y trabajadores del sector privado y las luchas populares de Magallanes, Aysén, Freirina, Atacama, quienes recuperando los métodos históricos de lucha de la clase obrera plantean un camino de combate para todos los trabajadores del país. Este principio de recomposición de la organización de los explotados, con todas sus contradicciones propias de los primeros pasos para salir de un reflujo histórico, está dejando ver toda la capacidad creativa de la clase obrera.


 


Debemos hacer un llamado a luchar contra los despidos, el ajuste, por el triunfo de todas las huelgas que atraviesa en el país y para detener la reforma laboral. Es necesario poner en pie de lucha a los sindicatos.


 


Es necesario que el sindicalismo clasista y la izquierda revolucionaria levante un bloque de unidad para preparar una gran movilización que encarne un paro nacional por la agenda de la clase obrera y por una salida propia e independiente frente al agravamiento de la situación de los trabajadores provocada por la crisis capitalista.