El otro visitante

Negocios de Macri con Qatar


 


Esta semana, dos jefes de estado extranjeros visitaron en el país y se entrevistaron con Macri. Por razones obvias, la atención se concentró en la visita del mexicano Enrique Peña Nieto, que fue recibido con manifestaciones de repudio, debido a su responsabilidad en la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y en la reciente masacre de Oaxaca, donde las fuerzas policiales acribillaron a balazos a ocho personas que se solidarizaban con la lucha de los docentes.


Más inadvertida pasó la otra visita. Menos conocido por estas tierras, no resulta por ello menos criminal: se trata de Tamim bin Hamad Al Thani, emir de Qatar, un petroestado situado en Medio Oriente.


Al Thani (propietario del club de fútbol París St. Germain, de la cadena Al Jazeera y destacado accionista de Volkswagen, entre otras compañías) es reconocido en su país por haber logrado que Qatar sea la sede del mundial de fútbol de 2022, aunque poco se dice acerca de las denuncias de sobornos sobre dirigentes de la Fifa para alcanzar dicha coronación.


Hasta el momento, más de mil obreros han muerto en la construcción de los estadios, según las estimaciones de la Confederación Sindical Internacional, y la cifra podría elevarse a cuatro mil hasta el comienzo del certamen.


En las obras rige el infame sistema de trabajo semi-esclavo llamado kafala, que impide a los trabajadores migrantes (mayormente nepalíes, bangladíes e indios) salir del país o cambiar de trabajo sin autorización de la patronal o del contratista del país de origen. Los obreros viven hacinados en campamentos precarios y trabajan a temperaturas abrasadoras de hasta 50 grados, durante 12 horas diarias. Y, por supuesto, no tienen permitida la organización gremial.


La corona qatarí está acusada también de financiar al Estado Islámico y de enviar al ejército a la vecina Bahrein para aplastar las protestas durante la Primavera Arabe. Como otras monarquías de la región, ha sido un ariete del imperialismo contra la sublevación de las masas.


Una lluvia que no llega


Tanto en las visitas de Peña Nieto como del emir de Qatar, el objetivo de Macri es el de capturar inversiones para propiciar su prometida lluvia. Sin embargo, todo indica que las inversiones deberán esperar. De acuerdo al oficialista La Nación (29/7), “los acuerdos que Macri suscribió no se traducirán en dólares de forma inmediata”. Para ello, el gran capital exige al presidente que redoble el ajuste en curso.


Pese a que se especuló con posibles proyectos de inversión en energía, agricultura, infraestructura y turismo, con los qataríes sólo se arribó a acuerdos puntuales para la formación de diplomáticos y consultas políticas periódicas entre las cancillerías.


Una de las iniciativas que sigue en danza, en cambio, es la ampliación de la importación de gas licuado, un fabuloso negociado inaugurado durante el kirchnerismo por Julio De Vido, en el cuadro del vaciamiento energético. En abril, según varios medios, una delegación del Fondo Soberano qatarí visitó el país a tales efectos. El ministro de energía, Aranguren, fue uno de los que participó de las entrevistas con el emir.


En lugar de llover dólares aquí, en ese caso, éstos lo harían sobre las desérticas tierras del emirato.


 


También te puede interesar:


Fuera Peña Nieto de Argentina