En su última edición, el semanario Propuesta (16/3) dedica su contratapa a recordar la Comuna de París, el heroico intento de los obreros parisinos de 1871, de poner en pie la primera dictadura proletaria de la historia.

Pero, la contratapa de Propuesta es un engaño. Porque, aunque cita a Marx, esconde lo que el propio Marx consideró la conclusión fundamental y decisiva de la experiencia de la Comuna: que al “demoler”, “destruir”, “romper” el Estado burgués para poner en pie un nuevo Estado, que ya no era un verdadero aparato estatal, la Comuna era “la forma práctica al fin descubierta (…) de la dictadura del proletariado”. Esto es lo que el PC esconde, la dictadura del proletariado – es decir, lo que Lenin consideró “lo fundamental de la teoría de Marx” – para sustituirla por lo que otrora llamaba “la democracia avanzada”, o sea el régimen burgués “participativo”.

Marx destaca que la Comuna había dejado de ser un Estado en el verdadero sentido de la palabra (una máquina de represión de la mayoría por la minoría, una burocracia, un aparato por encima de la sociedad). Con la Comuna, el Estado comienza a extinguirse, es decir que la dictadura del proletariado es la única forma de transición hacia la abolición completa de la opresión política y del gobierno de las personas.

El PC ‘recuerda’ a la Comuna de París para no hablar del pacto pro-Otan de la IU de España y para renegar de la dictadura del proletariado, del gobierno de los trabajadores y de la abolición del Estado, es decir que reniega de la revolución. Veamos cómo la recordaba Engels en su vigésimo aniversario: “Ultimamente, las palabras ‘dictadura del proletariado’ han vuelto a sumir en santo horror al filisteo socialdemócrata. Pues bien, caballeros, ¿queréis saber qué faz presenta esta dictadura? Mirad la Comuna de París: ¡He ahí la dictadura del proletariado!” (Prólogo a la edición alemana de La Guerra Civil en Francia, de Marx).