El ‘Proceso de paz’ sigue

A pesar de la continuación de los atentados del IRA, funcionarios del gobierno británico se reunieron el lunes 26 con representantes del Sinn Fein, la rama política del IRA. Martin McGuinness, jefe del Sinn Fein, declaró que el propósito de la reunión era “examinar la posibilidad de reconstruir el proceso de paz” (Financial Times, 26/2). Se confirma de este modo la caracterización de la crisis de esas negociaciones efectuada en estas páginas (Prensa Obrera, 20/2).


La crisis fue desatada por el gobierno inglés al exigir el desarme del IRA previo a cualquier negociación y al plantear la realización de elecciones en Irlanda del Norte (Ulster), que tendrían como consecuencia crear un gobierno de hecho de la mayoría local, partidaria de mantenerse en Gran Bretaña. Estos planteos fueron vivamente criticados por una comisión encabezada por el senador norteamericano George Mitchell, lo que dejó al desnudo, otra vez más, el violento enfrentamiento que opone a Clinton y Major. La mayoría pro-británica gobernó Irlanda del Norte hasta 1972, cuando los ingleses la sustituyeron por una administración directa de Gran Bretaña, para hacer frente a la creciente guerra civil.


El Sinn Fein procura ‘reconstruir el proceso’ en momentos en que los otros partidos nacionalistas de Irlanda del Norte y el gobierno de la República de Irlanda (Sur) parecen aceptar el planteo inglés de convocar a elecciones en su colonia del norte. Major ha logrado mantener en pie su propuesta al aceptar también la propuesta de los nacionalistas de que se forme en forma paralela una mesa de negociación con todas las partes involucradas, probablemente paritaria. Es decir que el IRA entra a la nueva fase con más condicionamientos que antes.


La semana que pasó, el gobierno norteamericano había negado informes de prensa que aseguraban que “pretendía rechazar la renovación de la visa de ingreso para Gerry Adams, al cual se espera en Washington para las celebraciones de la fiesta de San Patricio el próximo 17/3” (Financial Times, 22/2). Esta posición de los yanquis no ha cambiado hasta el momento a pesar de la campaña de la prensa inglesa denunciando  que el IRA juntó un millón y medio de dólares en Estados Unidos con un destino impreciso. Está claro que el imperialismo yanqui no ve a la ‘pacificación’ de Irlanda con los lentes ingleses. Para la burguesía norteamericana, es un arma para desplazar a sus competidores británicos de Irlanda y para reforzar sus medios de penetración en Europa.


El pueblo de Irlanda no sigue indiferente los acontecimientos. El 28 de enero pasado, más de diez mil personas marcharon en Derry, en el norte del país, para protestar contra la exigencia de Major de que el IRA deponga las armas antes de iniciar conversaciones. El domingo pasado, varias decenas de miles marcharon en distintas ciudades para reclamar negociaciones sin condiciones previas.