Trump hizo del ataque a los migrantes uno de los ejes de la campaña electoral norteamericana. Uno de los puntos más burdos de esa cruzada es el spot en que se intercalan imágenes de video de Luis Bracamontes, un migrante ilegal condenado a muerte por el crimen de dos policías en 2014 en Sacramento (California), con imágenes de la caravana de migrantes que partió de Honduras y busca arribar a Estados Unidos.

“El inmigrante ilegal, Luis Bracamontes, mató a nuestra gente!”, dice el spot, que da paso luego a imágenes de una multitud deponiendo vallas en la frontera. “¿A quién más dejarían entrar los demócratas?”, se pregunta el spot, para cerrar con una mirada sonriente en primer plano del asesino.

 

La asociación entre los hechos es tan burda que inclusive la cadena Fox –afín al mandatario- decidió retirar el spot de circulación. Trump hizo un intento por desentenderse ante la pregunta de algunos periodistas, pero lo cierto es que su cuenta de Twitter reprodujo el video en cuestión.

La ofensiva contra la caravana migratoria tuvo otros episodios. Trump ya había insinuado que ésta se encontraba infiltrada por el terrorismo internacional y anunció el recorte de una asistencia económica a los países del triángulo norte centroamericano (Honduras, El Salvador y Guatemala) en represalia por no detener el flujo migratorio. En las vísperas de la elección, a su vez, Trump anunció el despliegue de miles de efectivos de las Fuerzas Armadas en la frontera con México con la instrucción de disparar a los integrantes de la caravana en caso de que emplearan piedras.

Las caravanas que buscan arribar a los Estados Unidos están integradas por miles de familias desesperadas (incluyen más de 2 mil niños) que huyen de las bandas criminales y la miseria en Centroamérica. Una situación de la que el imperialismo, promotor de la contrarrevolución y las dictaduras genocidas que asolaron la región, es el principal responsable. En contraste con la hostilidad de los gobiernos, los migrantes han recibido la solidaridad de los pueblos.

Trump ha desarrollado una campaña de fuerte contenido xenófobo y macartista que no encontró una respuesta por parte de los demócratas. Y esto tiene que ver con que en sus filas también están los que pretenden endurecer la política migratoria y con el hecho de que el propio gobierno de Obama se caracterizó por la deportación masiva de inmigrantes ilegales.

Opongamos a la agenda fascistizante de Trump el derecho al asilo para los migrantes y la unidad internacional de los trabajadores contra el capital.

 

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