Elecciones en Venezuela, la salud de Chávez

Con la realización de las elecciones internas para elegir un candidato presidencial único de la oposición, Venezuela entró -definitivamente- en campaña electoral. La participación de alrededor de 3 millones de votantes (16% del padrón) superó todos los pronósticos.


Henrique Capriles Radonski, quien tiene 39 años y es gobernador de Miranda (el segundo Estado más poblado y rico del país), proviene de una acaudalada familia de empresarios asociados a la banca, la construcción y los medios impresos. El recibió el 63,9% de los votos. En 2008 había derrotado, en ese Estado, al N° 2 del chavismo, Diosdado Cabello.


Gorila de prosapia, Capriles decidió tomar como referencia a Lula, lo que indicaría algo más que un discurso; se pronunció a favor de la Unasur, como ya lo había hecho su aliado, el presidente colombiano, Santos. Brasil ya impuso a sus preferidos en El Salvador y Perú, en función de la defensa de las mineras y constructoras brasileñas. Lula ya había patrocinado, en 2002, un “grupo de países amigos” (junto a Estados Unidos), en una suerte de intervención internacional para neutralizar a Chávez luego del golpe gorila de ese año. Ocurre, sin embargo, que muchas versiones atribuyen al chavismo la misma intención: plantear una alianza más sólida con los pulpos brasileños. Brasil es el principal protagonista en la acción para reactivar la economía de Cuba sobre bases capitalistas. La ‘curiosidad’ de la elección venezolana es que, en el medio de las diatribas que se propinan Chávez y Capriles, los dos buscan la alianza del mismo socio e incluso diseñarían campañas ‘amigables’, asesorados por consultoras brasileñas.


En los extremos de ambos candidatos hay resistencia a esta convergencia. Los compinches de Capriles pretenden, en su mayoría, una política abiertamente pro-yanqui, la cual pueda servir de puente a un golpe en el caso de que la elección sea reñida y se rodee de denuncias de fraude.


Este escenario de base ha quedado fuertemente golpeado por la noticia de que Chávez debe sufrir una segunda operación de cáncer maligno. Todo parece indicar que Chávez busca llegar como sea a octubre, para definir su sucesión una vez superado el trance electoral. Se trata de una apuesta arriesgada, que pone al desnudo la vacancia política en el chavismo. La posibilidad de una desaparición física de Chávez ha acentuado las contradicciones entre Estados Unidos y el gobierno de Brasil, los que se disputan la orientación de una Venezuela sin Chávez. Obama juega la carta de un acuerdo con Dilma Roussef. Pero, en un año electoral, los republicanos arrecian su ofensiva contra esta política. El resto de los gobiernos del continente sentiría duramente el ocaso del chavismo que produciría la muerte o relegamiento físico de su líder, simplemente porque daría mayor fortaleza a las fuerzas de oposición -por ejemplo en Argentina y, por sobre todo, en Brasil (el PSDB). La hegemonía brasileña significará un féretro de lujo para el Alba y todo lo que tenga que ver con la demagogia nacional y popular. Evo Morales está retrocediendo visiblemente ante los movimientos populares y la reubicación 'lulista' que, también allí, procura la oposición.


La economía de Venezuela ha refutado repetidamente las predicciones sobre su derrumbe, sustentada en la posibilidad de una caída del precio del petróleo.


En 2011, la economía creció un 4% (similar a lo estipulado para este año). Pero la dependencia de Venezuela del petróleo es más aguda que nunca.


La deuda financiera de Petróleos de Venezuela (PDVSA) aumentó casi un 40% el año pasado y se ubicó en 34.892 millones de dólares -según el balance de deuda dado a conocer recientemente por la empresa. El grueso del endeudamiento (22.918 millones de pesos) corresponde a la emisión de bonos. La deuda abarca no sólo las operaciones de la casa matriz, sino de todas las filiales. Apenas la punta de un iceberg.


Impasse


Las internas de la oposición fueron un gran golpe para el gobierno de Chávez. Reflejan un aspecto de la crisis política. Su otra faceta son las más de 5.000 protestas que se produjeron en 2011 (la mayoría laborales), el año con más protestas de contenido social en la última década. El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCD) registró 5.338 protestas en 2011, lo cual representa un incremento del 70% con respecto al año anterior. Al interior del chavismo se desarrolla una enorme lucha faccional, la que quedó expuesta hace unos meses y está directamente vinculada a la sucesión política.


El gobierno no ha podido dar respuesta, luego de una década, a los problemas elementales de las masas (la inseguridad, los bajos salarios, la alta inflación, el desabastecimiento, el desempleo y la crisis de los servicios). La elevada participación en la elección opositora marca el impasse en el que se encuentra por otra parte el chavismo. En los escalones inferiores de designación de candidatos de la oposición, fueron derrotados muchos funcionarios derechistas por elementos que se presentaron con otros planteos o trayectorias.


Las encuestas electorales que tienen visos de mayor seriedad no dudan en pronosticar el triunfo de Chávez, pero la situación es muy volátil -en especial a partir de las últimas noticias sobre su salud. Con todo, ya ha quedado planteada la sucesión del líder bolivariano, lo que tiene gran impacto en el alineamiento de fuerzas en América Latina.