Este domingo 15 tuvo lugar el primer turno de las elecciones municipales (36.000 comunas y centenares de intercomunidades), con una segunda vuelta anulada.

La candidata del partido del gobierno a la intendencia de París y exministra de salud Agnès Buzyn dio este martes 17 -en un reportaje al diario Le Monde- una buena definición de lo que pasó: “me fui del Ministerio sabiendo que las elecciones no se harían, que la epidemia se iba a producir, que había que tomar medidas inmediatas; la campaña fue una mascarada”. París es un buen ejemplo: LREM (La República en Marcha) pensó que iba a ganar fácilmente porque así había sido antes en las presidenciales, las legislativas, las europeas; presentó un candidato que tuvo que retirar porque su campaña era mala, se divulgaron videos con escenas de masturbación; la exministra terminó finalmente tercera, luego de la candidata socialista y la de la derecha. Una derrota y un verdadero papelón. Los electores no le creyeron nada a Buzyn, por ser del gobierno y encarnar su política sanitaria.

En las diferentes ciudades, hubo combinaciones diversas pero la tonalidad general fue la misma: LREM -sola o en coalición- fue rechazada y hasta hizo el ridículo; el Primer Ministro no logró ser elegido en la primera vuelta en su ciudad de Le Havre como en el 2014 y puede perder en la segunda ante un candidato comunista unitario; los ecologistas hicieron una muy buena elección; los socialistas, una buena elección. Hasta las fuerzas de derecha tuvieron sus triunfos. Los únicos que perdieron sobre todos los tableros fueron los macronistas: en las 3 grandes ciudades de Francia -París, Lyon, Marsella- fueron divididos y no figuran entre los posibles ganadores del segundo turno.

La abstención fue enorme, 56 %, 20 puntos más que en las elecciones municipales anteriores del 2014. Es posible que 10 puntos puedan originarse en la epidemia y los otros 10, en el creciente rechazo de los jóvenes y de la población más pobre. Las elecciones municipales fueron un escalón más en la crisis política y en el derrumbe del gobierno. Esta es su consecuencia más clara y evidente. En la noche del domingo, en cambio, los comentarios y declaraciones estuvieron concentrados en la epidemia de coronavirus. Una manera a través de la cual el conjunto de los partidos se sometió a la defensa del orden burgués en un momento de crisis.

Quedan todavía otros elementos para analizar como la intervención electoral y los resultados de las organizaciones anticapitalistas (NPA, LO y otras); en esta crisis son temas subalternos, salvo en lo que se refieren a las dificultades de la clase obrera y la población para tener una intervención independiente.